"Con la espada pueden conquistar territorios, pero nunca los corazones"
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

“Con la espada pueden conquistar territorios, pero nunca los corazones”

La comunidad musulmana Ahmadía, de carácter pacifista y contraria a la violencia, difundió su filosofía en la Feria del Libro de Granada

Son casi 200 millones de personas las que siguen su predicado por el mundo pero poco se conoce de su movimiento en las zonas donde su influencia apenas llega. A pesar del volumen de su comunidad, poco se habla de ella en los medios de comunicación. Su filosofía religiosa, que aboga por la paz y rechaza todo tipo de violencia, no acapara primeras portadas, algo que sí consigue la vertiente violenta de su religión. Es la comunidad musulmana Ahmadía, una organización religiosa de ámbito internacional, establecida en 195 países de África, América del Norte y del Sur, Asia Australia y Europa, cuyos seguidores considera que el mesías prometido ya ha llegado, algo que otras corrientes musulmanas aún esperan.

El movimiento Ahmadía fue fundado en 1889 por Hadhrat Mirza Ghulam Ahmad (1835-1908) en una pequeña y remota aldea, Qadian, situada en el Punjab, (India). Afirmó ser el reformador y mesías esperado de los últimos días, el esperado por todas las comunidades religiosas del mundo. Su objetivo era “rejuvenecer los valores islámicos morales y espirituales”. Sus seguidores, según la filosofía ahmadí, “favorecen y estimulan el diálogo interreligioso y se esfuerzan en defender al Islam, al tiempo que corrigen los malentendidos existentes sobre esta religión en Occidente”. Abogan por la paz, la tolerancia, el mutuo afecto y el entendimiento entre los seguidores de distintas religiones, y rechazan el terrorismo de cualquier forma y origen. Aunque no todo el mundo Islam les entiende ni está de acuerdo con su teoría de que el mesías ha llegado, por lo que algunos no les reconocen como verdaderos musulmanes, aunque ellos acatan todos los preceptos del profeta Mahoma en el Corán.

En España, a pesar de haberse implantando en 1946 a través de su primer misionero, Maulana Karam Ilahi Zafar Saheb, solo alcanzan los 600 miembros, aunque ya cuentan con dos mezquitas, una en Pedro Abad (Córdoba) y otra en Pobla de Vallbona(Valencia). La cordobesa fue la primera que se construyó en suelo español después de 700 años y fue inaugurada en 1982 por su jefe supremo, el jalifa (sucesor) Hazrat Mirza Tahir Ahmad. El hijo del primer misionero español y portavoz de la comunidad en España, Qamar Ilahi Fazal, llegó a Granada el pasado viernes acompañado por el presidente de los ahmadís españoles, Abdul Kazak Chaudhry. Estuvieron visitando el expositor que su movimiento instala en la Feria del Libro para darse a conocer y vender muchos de los libros sobre el Islam que ellos practican y predican.

Perseguidos por radicales

“Nuestro mensaje es totalmente apolítico. El único objetivo de nuestro santo fundador era restablecer los valores humanos, volver a la esencia para la que nos creó Dios. La idea fue crear un grupo de hombres creyentes, de forma que de cada corazón brote el amor puro hacia Dios. Mi padre, en un programa de radio en Andalucía, durante una discusión entre varias personas sobre política, dijo una vez una frase sabia: sólo hay dos partidos, el de la mala voluntad y el de la buena”, explica Qamar Ilahi Fazal, un hombre alto y corpulento, de piel morena y ataviado elegantemente con traje, corbata y un gorro de karakul prenda de origen afgano y Asia central hecha de lana de oveja.

La paz que promulgan los ahmadís choca frontalmente contra otras ramas del Islam que han decidido adoptar la violencia para extender el mensaje del Corán. De hecho, lo ahmadís son perseguidos por los islamistas radicales, sobre todo en Pakistán, hasta el punto que muchos han tenido que emigrar de sus lugares de origen por las amenazas recibidas. Son considerados herejes y las casas donde viven son marcadas para señalar que ahí habita un ahmadí. “Cualquier líder que defienda la violencia en el nombre de Dios no es religioso”, señala el portavoz. “Hay dos yihad (esfuerzo en el camino para llegar a Dios), con la espada y con el libro. La yihad del libro –el Corán– es la yihad del diálogo y la argumentación”, añade.

Las enseñanzas del Corán, defiendes los ahmadís, no defienden el uso de la violencia para difundir su mensaje. Qamar Ilahi Fazal lo recuerda: “El profeta tuvo que emigrar de la Meca a la Medina, dejar su casa, porque había sido atacado. Le persiguieron hasta la Medina y también le atacaron”. En el Corán el único uso de la violencia que se permite es el de la defensa de quien es atacado, pero no el del ataque en nombre de Dios o Alá. “Es más, el Corán señala que un musulmán tiene que salir en defensa de una sinagoga, una iglesia o una mezquita si está siendo destruida”, detalla.

En Granada la comunidad Ahmadí es aún pequeña. Sus miembros se cuentan con las dos manos, prácticamente, aunque tanto Qamar Ilahi Fazal como el presidente Abdul Kazak Chaudhry creen que irá progresando “lentamente”. “A un musulmán tradicional le cuesta aceptar que ha venido el Mahdi (mesías musulmán)”, asevera. Aunque la esperanza de la conversión precisamente la tienen en Granada, donde Marisa, una mujer nacida “en un entorno español” ha sido una de las primeras personas en abrazar la fe ahmadí.

Sobre la desaparición de Al Andalus tienen su propia forma de pensar, distinta a la idea de una reconquista. Para ellos, Granada significa “pena” y no achacan la desaparición del reino nazarí a una conquista cristiana, sino a un error musulmán. “Si ocurrió así es porque (los musulmanes) se soltaron de la cuerda de Dios y no actuaron bien. Es una lección”, opina Qamar Ilahi Fazal, quien fue recibido en su visita junto a Abdul Kazak Chaudhry por el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, el concejal de Bienestar Social, Fernando Egea, y el concejal de Cultura, Juan García Montero. A los tres les obsequiaron con un ejemplar del Corán de los que venden en su ‘stand’ de la Feria del Libro. “Hemos venido a conquistar el corazón de los españoles, no su territorio”, resume Fazal.

Cortesía de Ideal.

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