Los Cinco Pilares del Islam
Los cinco pilares del Islam representan los actos principales de adoración que se requieren para practicar su doctrina. La observancia y práctica de estos actos es obligatoria para todos los musulmanes. Éstos son:
Declaración de fe (Kalema Shahada)
Éste es el primero y más importante pilar del Islam y todas las demás doctrinas derivan de él. Un creyente declara su aceptación del Islam recitando:
“Ashado an-la ilaha il Al-laho wa ash hado anna Mohammadan abdohu wa rasulohu”
Soy testigo de que no hay Dios sino Al-lah y soy testigo de que Mohammad es Su siervo y Su mensajero.
La oración
La oración es el medio básico y más importante para la comunicación del hombre con Dios y su acercamiento a Él. Su importancia no puede describirse con palabras. El concepto islámico de adoración es la entrega del alma suplicante ante la divina Majestad. No existe ninguna necesidad, ni el Islam lo permite, de intermediarios entre Dios y el hombre. La oración depara consuelo y confort, elevando al ser humano de un estado inferior a cimas insuperables. El Islam asegura al creyente que sus plegarias con escuchadas. El Santo Corán dice:
“Cuando mis siervos te pregunten sobre Mí, diles: “Estoy cerca. Respondo a la plegaria del que suplica cuando Me invoca. Por tanto, deben escucharme y creer en Mí, para que puedan seguir el camino recto”. (2:187)
La oración también libra al creyente del pecado y purifica el corazón. El Santo Corán dice:
“Recita lo que te ha sido revelado del Libro, y cumple la Oración. En verdad, la Oración preserva a la persona de la obscenidad y del mal manifiesto, y el recuerdo de Al-lah es en verdad la mayor virtud”. (29:46)
La forma más importante de oración en el Islam es el salat, la oración diaria ritual. El salat ha sido prescrito cinco veces al día, con un tiempo determinado para cada oración. La observancia del salat con sus rituales prescritos es el mandamiento que más se repite en el Santo Corán. Las cinco oraciones diarias del salat son:
Fáyar (mañana): esta oración debe ofrecerse por la mañana aproximadamente una hora antes de la salida del sol. Está prohibido rezar durante la salida del sol para evitar la impresión de rendir culto al sol.
Zóhor (mediodía): el tiempo para esta oración es la primera hora de la tarde, desde que el sol comienza a descender hasta la media tarde.
Ásar (tarde): esta oración se observa a última hora de la tarde, hasta media hora antes de la puesta del sol.
Maghrib (puesta del sol): esta oración se ofrece inmediatamente después de la puesta del sol. No debe efectuarse durante el ocaso.
Isha (noche): la oración de Isha debe ofrecerse por la noche. Se puede observar hasta la media noche.
Estas oraciones deben observarse durante el horario prescrito y preferiblemente en congregación. Sin embargo, si resulta imposible ofrecer las oraciones de la tarde en el momento adecuado, se permite combinar las oraciones de Zóhor y Asar. Las oraciones de Maghrib e Isha también pueden combinarse si es necesario. Para más información sobre las oraciones diarias, véase el capítulo cuarto.
Además del salat, que es obligatorio para los creyentes, los musulmanes pueden ofrecer oraciones voluntarias (nawafil). La más importante de ellas es el Tahallud, que significa literalmente renuncia al sueño. Por lo general, se ofrece durante la última parte de la noche, y el Santo Corán alude especialmente a esta oración como muy beneficiosa para el desarrollo espiritual del hombre y como método para obtener la proximidad a Al-lah. (Véase S. Corán, 17:79). El Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él) se levantaba regularmente después de la medianoche y dedicaba casi la mitad de la última parte de la noche a la oración de Tahallud.
En el Islam hay plegarias para cada necesidad y ocasión. Otra forma de oración es el recuerdo de Al-lah a lo largo del día (Zikr-ilahi). El recuerdo de Al-lah y la meditación sobre Sus atributos es otro medio de acercamiento a Él. Además, un musulmán puede rezar silenciosamente a Dios en cualquier momento. Esto se conoce como doá.
El ayuno durante el Ramadán (Saum)
El tercer acto de adoración en el Islam es el ayuno durante el mes islámico de Ramadán, que cumplen todos los adultos musulmanes capacitados para ello. Mediante el ayuno, el musulmán consigue purificarse espiritual y físicamente, elevar su moral y obtener la cercanía a Dios. El ayuno consiste en la abstención de alimento, bebida y relaciones conyugales desde el amanecer hasta la puesta del sol. Al sacrificar sus necesidades físicas, el musulmán se solidariza con el sufrimiento del pobre y el necesitado. Dios prescribió el Ramadán para este ejercicio espiritual. Fue el mes en el que el Santo Corán fue revelado por primera vez al Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él).
El Santo Corán exime del ayuno a los ancianos, enfermos y niños, quienes pueden compensarlo dando alimento a los indigentes. Se permite la exención temporal a los viajeros, enfermos, las embarazadas, las mujeres que amamantan y a las mujeres que tienen la menstruación.
Como esfuerzo adicional, los musulmanes dedican una gran parte de su tiempo a la recitación del Santo Corán, reflexionando sobre su significado.
Impuesto sobre la riqueza (Zakat)
El Zakat es el cuarto pilar del Islam, que podría llamarse más apropiadamente la purificación de la riqueza. El musulmán debe donar una parte de sus posesiones (21/2%) para el bienestar del pobre y para quienes no disponen de medios, para los desvalidos, viajeros, para quienes sirven la causa del Islam y luchan en el camino de Dios, para comprar la libertad de los esclavos y para las buenas acciones. La cantidad varía según el tipo de propiedad. El impuesto se puede aplicar a terrenos, ganado y bienes activos (oro, plata, acciones, bonos, etc.).
Peregrinación (Hall)
El quinto pilar del Islam es el Hall, o la peregrinación a Meca que un musulmán debe realizar al menos una vez en la vida si está capacitado físicamente y dispone de medios para ello. Se trata de una serie de ritos religiosos que se efectúan durante varios días en la Sagrada Kaaba de la Meca (Arabia) y otros lugares especiales. El punto central de esta peregrinación es la Kaaba, que según la creencia musulmana fue el primer centro construido para la adoración del Dios Único. Fue reconstruido por el profeta Abraham y su hijo Ismael, y después por el mismo Santo Profeta Mohamad (la paz y bendiciones de Dios sean con él). El Santo Profeta Mohammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) realizaba esta peregrinación. Los datos históricos demuestran que otros profetas antes del Santo Profeta (la paz y bendiciones de Dios sean con él) también realizaban la peregrinación.
El Hall es un claro recordatorio de la Unidad de Dios y enfatiza la hermandad e igualdad de los seres humanos, así como la importancia del deseo de la voluntad del hombre de sacrificarse por la causa de Su Creador.
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