La esencia del Istighfar y Sattari
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

La esencia del Istighfar y Sattari

Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía

Después de recitar el Tashahhud, Ta’uz, Tasmia y Sura Fatiah, Hazrat Ameer-ul-Mu’mineem (aba) dijo:

No hay un solo ser humano en el mundo que esté completamente libre de cualquier tipo de defecto e imperfección. Es el atributo “Sattar” de Al-lah quien cubre nuestras debilidades. Si las faltas, las deficiencias y los pecados del hombre estuvieran al descubierto, le sería imposible mantener su credibilidad. Al-lah el Todopoderoso, cubre las faltas del hombre y perdona sus pecados, y nos ha favorecido enseñándonos una oración para que nos esforcemos por superar nuestras faltas y defectos. Él ha dicho que debemos también mantenernos ocupados el en Istighfar (buscar el perdón de Al-lah por nuestros pecados) y entonces, Él nos perdonará nuestros pecados y nuestras faltas ocultas y escuchará nuestras oraciones. A nivel general, Al-lah el Todopoderoso oculta muchas de las transgresiones del hombre. Sin embargo, el manto del perdón de Al-lah el Todopoderoso envuelve especialmente a aquellos que se involucran en el Istighfar (buscando Su perdón por nuestros pecados). El significado de “Ghafr” [la palabra raíz en árabe para Istighfar] es cubrir y ocultar y, “Sattar” tiene un significado parecido. El Mesías Prometido (as) dice en un lugar:

“La imagen de Dios presentada por el islam y en la que los musulmanes creen, es la de un Dios Misericordioso, Generoso, Tolerante, Remisorio con Compasión e Indulgente. Al-lah el Todopoderoso acepta el arrepentimiento y perdona los pecados de quien se arrepiente sinceramente. Sin embargo, vemos en el mundo que cuando alguien comete un error, aunque sea su verdadero hermano, pariente cercano o amigo, siempre se le ve con esa mancha de la que fue culpable en el pasado, a pesar de que él haya renunciado a cometer esa maldad de nuevo.”

Por tanto, aun cuando el hombre desiste de realizar un pecado, otros todavía persisten en juzgarle a luz de ese defecto del pasado y continúan viéndolo con sospecha. El Mesías Prometido (as) dice:

“Sin embargo, observen cuán amable y generoso es Al-lah el Todopoderoso, Él perdona al hombre a pesar de haber cometido miles de transgresiones. No hay persona en el mundo, salvo los Mensajeros de Dios que están completamente absorbidos en la pasión divina, que pase por alto las faltas de los demás hasta ese punto (los demás no pasan por alto las faltas de los demás hasta el extremo que Dios lo hace. Sólo los Profetas, aparte de Dios, lo hacen hasta tal punto y nadie más.)”

De hecho, generalmente la situación es, como Saadi ha dicho: Dios el Todopoderoso oculta nuestros defectos a pesar de ser plenamente consciente de ellos. Sin embargo, una persona tan pronto como se entera de un error o falta de su vecino, lo anunciará tanto como pueda. Aquí el Mesías Prometido (as) cita un verso de la poesía de Saadi. En un lugar el Mesías Prometido (as) ha explicado esto diciendo:

“Dios ejerce su atributo de ‘pasar por alto las faltas de otros’ ocultando las faltas del hombre, a pesar de observar sus errores y pecados, hasta que el hombre transgrede más allá de los límites de la moderación. Sin embargo, el hombre, sin siquiera ser testigo de que otro haya cometido un mal, comienza a elevar el tono y quejarse de la otra persona. Así que reflexionen sobre cuán grandes son los atributos de misericordia y generosidad de Dios. Si Al-lah llevara al hombre a dar cuentas por todo lo que hace, destruiría a toda la humanidad. Sin embargo, Su misericordia y Su favor abarcan todo y superan Su castigo.”

Por tanto, si todos comprendieran esto y se abstuvieran de escudriñar constantemente las debilidades y los defectos de otros, ya sean hermanos, amigos o cualquier persona con la que interactúen, formarán una sociedad afectuosa y pacífica. Especialmente debemos abstenernos de buscar deficiencias en otros, y si nos adherimos a esto, crearemos un entorno de compasión y de paz.

Hay muchos entre nosotros que, en lugar de ocultar las faltas de los demás, tratan de revelarlas. Sin embargo, cuando alguien habla mal contra ellos o descubren que alguien ha dicho algo acerca de ellos, se vuelven extremadamente enfurecidos y furiosos en la medida en que están preparados para luchar o matar a esa otra persona. Sin embargo, cuando ellos mismos hablan mal de los demás, le restan importancia diciendo simplemente que sólo lo han dicho a la ligera y no tiene importancia. Siempre debemos tener en cuenta la siguiente declaración del Santo Profeta (sa):

“Debéis desear para los demás lo que deseáis para vosotros mismos.”

Por lo tanto, si desean que otros hagan caso omiso de sus defectos y debilidades, entonces deben desear lo mismo para ellos también. Este es el principio dorado y el ingrediente esencial para una sociedad pacífica. Y cuando vean debilidades en alguien, en vez de anunciar sus defectos, deben involucrarse en Istighfar (buscar el perdón de Al-lah por sus pecados). Al-lah el Todopoderoso no necesita de nadie, y por lo tanto debemos temer que nuestras innumerables faltas y defectos internos sean descubiertos. Si uno oculta las faltas de otra persona con intenciones sinceras, esto le permitirá alcanzar la gracia y las bendiciones de Al-lah. Recuerden siempre esta declaración del Mesías Prometido (as), cuando dijo que si Al-lah el Todopoderoso fuera a llamar al hombre a dar cuentas y castigarlo por todo lo que hace, destruiría a toda la humanidad. Así que este es un asunto muy aterrador y siempre debemos prestar atención e involucrarnos en Istighfar. El Santo Profeta (sa) dijo en una ocasión que quien cubre las faltas de uno de sus hermanos, Al-lah el Todopoderoso cubrirá sus propias faltas en el Día del Juicio y Él ignorará sus faltas. Y Al-lah el Todopoderoso expondrá las propias deficiencias de una persona que expone los errores de los demás (que ve a alguien transgredir y luego va contando a otros acerca de ello) y será deshonrado en su propio hogar. Por lo tanto, esto es una severa advertencia y es una cuestión que debe aterrorizarnos.

Para atraer las bendiciones de Al-lah debéis evitar involucraros en buscar la culpa en los demás, y a cambio debéis escudriñar vuestra propia condición. Sólo entonces podremos alcanzar la misericordia y las bendiciones de Al-lah. Algunas personas dicen que si no exponemos las deficiencias que vemos en otros, ¿cómo podemos ayudarles a reformar? Recordad siempre que si las transgresiones de alguien están causando daño al Nizaam-e-Yama’at (Sistema de la Comunidad) o están corrompiendo seriamente a una sección de personas, entonces el asunto debe reportarse a los individuos designados como el Amir (presidente nacional) o el Sadr (presidente local) o pueden escribirme a mí para que se pueda llevar a cabo la reforma. Al-lah el Todopoderoso no desea que se arruine el sistema de la Comunidad que Él ha establecido. Él no desea que las malas acciones de un individuo se conviertan en una debilidad común dentro de la sociedad en general. Es por ello que Al-lah el Todopoderoso expone las deficiencias de tales individuos. El Mesías Prometido (as) aclara que esto se aplica a aquellos individuos que persisten obstinadamente en sus transgresiones y las difunden abiertamente. Como ha dicho el Mesías Prometido (as), Al-lah el Todopoderoso observa al hombre mientras éste está cometiendo pecados y transgresiones, sin embargo, continúa ocultando esos pecados bajo este atributo, hasta que el hombre rompe todos los límites de la moderación. Cuando el hombre mismo expone sus maldades y rompe los límites de la moderación, entonces se manifiesta el atributo de castigo de Al-lah el Todopoderoso. Una vez que el hombre se expone de esta manera, entonces es castigado por Al-lah el Todopoderoso, en este mundo y en el Más Allá. En cualquier caso, está prohibido mostrar los defectos o fracasos de alguien, ya que esto lleva a los pecadores a propagarlos más en vez de eliminarlos. Uno debe siempre tener presente el dicho del Santo Profeta (sa) en relación a este tema, quien dijo que, si buscáis constantemente las debilidades de los demás, eso os conducirá a la corrupción. El Santo Profeta Muhammad (sa) se refiere a cuando uno está siempre observando las faltas de alguien y luego relata esas deficiencias a los demás donde quiera que vaya. Cuando uno actúa de esta manera, lleva a que esas personas se corrompan y también destruyan la paz de la sociedad. Mencionar los defectos y fracasos de otra persona, a los demás, provoca que la persona débil cometa más errores en lugar de mejorar. Al persistir obstinadamente en su camino, el individuo intentará influenciar a los de su entorno para que éstos actúen de la misma manera y así el círculo de las personas influenciadas irá agrandándose. Cuando uno queda expuesto, entonces cesa también la reforma.

También quiero llamar la atención de aquellos a quienes se ha encomendado el trabajo de la Yama’at, especialmente los departamentos encargados de la reforma moral. Deben llevar a cabo el trabajo de la reforma cuidadosamente y también con inmensa compasión y comprensión. Nadie debe sentir que alguna persona que ocupa un cargo haya expuesto y descubierto sus faltas ante otros. Si alguien pasara a sentirse de esta manera, esto puede producir una reacción muy grave. Si las personas encargadas de reformar a otros exponen las faltas de la gente, serán la causa de que otros corrompan la sociedad y además incurrirán en el disgusto de Al-lah el Todopoderoso. Al-lah el Todopoderoso, dirá que Él había dado a tales personas la oportunidad de servir a la Yama’at para que puedan reflejar los atributos de Al-lah tanto como sea posible. Sin embargo, tales personas en realidad estarían actuando de manera opuesta al atributo “Sattar” de Al-lah (ocultando las faltas de los demás) y por lo tanto se convertirán en un medio de creación ansiedad y desorden.

El nivel de satisfacción de Al-lah el Todopoderoso con este acto de ocultar las faltas de los demás y las recompensas que Él concede a quien actúa de esta manera puede medirse en base al dicho del Santo Profeta (sa) que dice que un musulmán es hermano de otro musulmán y no puede cometer ninguna crueldad o injusticia contra él ni puede abandonar ni rechaza a los demás. Lamentablemente, hoy en día encontramos que la mayor crueldad e injusticia perpetrada contra los musulmanes se lleva a cabo por los mismos musulmanes y están derramando la sangre unos de otros. Y ninguno de ellos presta atención a las enseñanzas del Santo Profeta Muhammad (sa). El Santo Profeta (as) afirmó además que quien permanezca ocupado en servir a sus hermanos, Al-lah el Todopoderoso continuará satisfaciendo sus necesidades y que Al-lah el Todopoderoso reducirá una de las aflicciones en el Día del Juicio Final de quien alivia los problemas de un musulmán. Y también, Al-lah, el Todopoderoso cubrirá los pecados en el Día del Juicio de quien cubre los pecados de un musulmán.

Así pues, para alcanzar la misericordia y la benevolencia del Dios Misericordioso y Benevolente, es muy necesario ocultar los fallos y pecados de los demás. El Santo Profeta (sa) también dijo que Al-lah, sin duda ninguna, cubrirá los pecados en el Día del Juicio de aquel que cubra los pecados de otra persona. En otras palabras, Al-lah siempre recompensa a quien cubre los pecados de otros. Si alguien cubre los fallos y pecados de los demás, entonces Al-lah el Todopoderoso, registrará su acto virtuoso y esa persona recibirá su recompensa en el Día del Juicio. Al-lah el Todopoderoso, pasará por alto las faltas de tal persona, de hecho, Al-lah el Todopoderoso, es tan Bondadoso que cubre a tal persona con Su sombra de la Misericordia, de hecho, según una narración se relata que Él preguntará al creyente: “¿has cometido estos actos?”. El creyente responderá: “Sí, mi Señor, lo hice”. A lo que Al-lah el Todopoderoso, contestará: “Yo cubrí tus debilidades y no revelé tus pecados al mundo y hoy en el Día del Juicio, Yo cubriré nuevamente tus pecados y te perdonaré”. Este es, pues, el tratamiento que Al-lah el Todopoderoso ofrece a Sus siervos.

Por lo tanto, si buscamos las bendiciones que trae consigo el atributo “Al-Sattar” (Aquel que oculta las faltas de los demás), entonces es imperativo que adoptemos este atributo y ocultemos los fallos y debilidades los demás. Nadie debe pensar que los demás están llenos de defectos y él no lo está. Es únicamente debido a la gracia de Al-lah el Todopoderoso que Él ha ocultado nuestros pecados.

Uno siempre debe recordar las palabras del Mesías Prometido (as) en relación a este tema, dice:

“En realidad, es Al-lah el Todopoderoso quien cubre los pecados y defectos del hombre porque Él es Al-Sattar. El atributo Al-Sattar de Al-lah, es el que ha permitido a muchos ser considerados como piadosos. Si, por el contrario, no hubiese ocultado nuestros pecados, entonces nuestras innumerables manchas internas habrían quedado expuestas.”

Por lo tanto, esto siempre debe tenerse en cuenta y mientras recitamos Istighfar y tratamos de cubrirnos en el perdón de Al-lah el Todopoderoso, también debemos evaluarnos a nosotros mismos y pasar por alto las debilidades de los demás. Uno debe reflexionar profundamente sobre su propio estado y no exponer las debilidades de otras personas. Uno siempre debe autoevaluarse y debe recordar que al igual que Al-lah el Todopoderoso ha cubierto sus defectos, del mismo modo, él debe cubrir los defectos de los demás.

El Mesías Prometido (as) dice:

“La perfección de la fe de una persona se alcanza adoptando los atributos de Dios. En otras palabras, uno debe utilizar toda su capacidad para tratar de adherirse a los atributos de Al-lah el Todopoderoso y debe tratar de inculcar Sus atributos dentro de él.”

En otra ocasión, el Mesías Prometido (as) dice:

“Por ejemplo, Al-lah el Todopoderoso es perdonador, por lo tanto, también debemos inculcar el hábito de pasar por alto los fallos de los demás y perdonarles. Él es el Misericordioso, el Tolerante y el Bondadoso, por lo tanto, el hombre también debe tratar a otros con misericordia, tolerancia y bondad. Al-lah el Todopoderoso es Sattar, y por lo tanto el hombre también debe participar de este atributo de Sattar y debe cubrir las faltas y los pecados de sus hermanos.”

El Mesías Prometido (as) además dice:

“Ciertas personas tienen el hábito, cuando ven un fallo o una debilidad en alguien, de que no están tranquilos hasta que lo han hecho público y lo han extendido por todas partes. Se ha relatado en los Ahadiz [tradiciones del Santo Profeta (sa)] que quien cubre las faltas de su hermano, Al-lah el Todopoderoso cubrirá sus faltas. No se debe ser tan impudente e inmoral, ni maltratar a los demás, sino que debemos tratarles con amor y afecto”.

Una vez durante una reunión en presencia del Mesías Prometido (as), se estaban relatando las faltas de una persona en particular. El Mesías Prometido (as) oyó esto y dirigiéndose a la persona que estaba hablando, dijo:

“Has mencionado y descrito apasionadamente sus debilidades, sin embargo, habría sido mejor que hubieras mencionado sus cualidades. Seguramente él tenga algunas cualidades que podrías haber mencionado”.

Por lo tanto, para establecer una sociedad libre de enfermedades y para promover la paz y el amor, es necesario ocultar las faltas de los demás y hablar sobre sus cualidades. Al hablar de sus cualidades, se convertirá en una fuente de inspiración para que otros también hagan el bien. Este es el papel de un verdadero musulmán, debe difundir la piedad en su entorno. Es un pecado grave anunciar y difundir las faltas de los demás simplemente por placer y crear una atmósfera aparentemente alegre. Es un pecado enorme ridiculizar y burlarse de alguien en una reunión y esto es algo de lo que todo áhmadi debe abstenerse. Hemos entrado en el Bai’at [juramento de iniciación] del Mesías Prometido (as) y nos hemos comprometido a no causar ningún daño a los demás, ni con nuestras manos y ni con nuestras lenguas, por lo que es imprescindible adherirse a esto. La herida causada por nuestras palabras tarda mucho en sanar. A veces, burlarse de otra persona y exponer sus defectos puede tener un efecto duradero. Por lo tanto, tenemos que tomar mucha precaución y debemos desarrollar una verdadera comprensión y compasión por nuestro hermano en nuestros corazones. Sin embargo, sólo podemos demostrar una verdadera comprensión y compasión si cubrimos las faltas y debilidades de nuestros hermanos, y nunca debemos exponer y revelar sus deficiencias, ni con un tono alegre ni serio. De hecho, si somos verdaderamente compasivos, es necesario que, si vemos una debilidad en alguien, entonces debemos tratar de reformarle para que se pueda eliminar el mal o la debilidad, y también para proteger a la sociedad si ese mal está teniendo un impacto perjudicial en la sociedad en general. Esta es la verdadera piedad que permite atraer la gracia de Al-lah el Todopoderoso.

¿Cuáles son las expectativas del Mesías Prometido(as) para nosotros en este sentido? Él dice:

“Si uno nota una debilidad en alguien, entonces él debe aconsejarle discretamente (uno debe llevarle a un lado y aconsejarle), pero si no lo sigue, entonces uno debe orar por él”.

Uno debe aconsejar y si siguen nuestros consejos, entonces esto es lo mejor, pero si no lo hace, entonces uno debe orar por él. Sin embargo, si no surge ningún efecto de ambas cosas, ni del consejo ni de la oración, entonces ¿qué se debe hacer?

El Mesías Prometido(as) afirma:

“Considera esto como el decreto divino (considera que es la voluntad del Dios el Todopoderoso). Si Al-lah el Todopoderoso ha aceptado a alguien, entonces no necesitas expresar una pasión momentánea tras haber presenciado alguna falta o debilidad suya”.

Al-lah el Todopoderoso le ha aceptado y le ha concedido la oportunidad de aceptar al Mesías Prometido (as) y entrar en su Yama’at. Y, a pesar de la humillación que debería haber sufrido en tu opinión, no lo ha experimentado y sus faltas están siendo ocultadas de alguna manera u otra y sólo tú eres consciente de ello. En ese caso, no necesitas mostrar tanta pasión y debes permanecer callado. Al-lah el Todopoderoso mismo proveerá los medios para su reforma. El Mesías Prometido (as) declara:

“Es posible que un día se reforme”.

Por lo tanto, de esto se desprende que, según el Mesías Prometido (as), una persona que se ha hecho áhmadi y ha entrado en su Bai’at ha sido aceptada por Al-lah el Todopoderoso. Por lo tanto, nadie tiene derecho a buscar sus defectos personales y luego revelarlos a otros. Una persona no debe entrometerse en los asuntos privados de otras personas y luego hacer públicos sus fallos o mostrar públicamente su aversión hacia él. El Mesías Prometido (as) afirma que es posible que pueda ser reformado.

El Mesías Prometido(as) además dice:

“A veces, incluso los personajes santos pueden errar. (Los santos y sabios prominentes también pueden cometer un acto equivocado). De hecho, se ha escrito que incluso los santos pueden cometer adulterio y ha habido muchos ladrones, adúlteros que finalmente se convirtieron en santos y sabios”.

El Mesías Prometido(as) declara:

“No es nuestra práctica apresurarse y abandonar rápidamente a alguien. Si el hijo de alguien se comporta mal, sus padres hacen todo lo posible para lograr su reforma. Del mismo modo, uno no debe tener tanta prisa en abandonar a su hermano”.

Así como uno busca reformar a su propio hijo, de la misma manera se debe tratar de eliminar los males y las faltas de su hermano. Uno debe hacer un esfuerzo y también orar por ellos, de hecho, se debe de hacer un esfuerzo para crear una reforma en ellos.

El Mesías Prometido (as) afirma:

“Las enseñanzas del Sagrado Corán ciertamente no declaran que se deban promover las faltas y las debilidades de los demás y comentarlas con otras personas. De hecho, declara: ‘Se exhortan unos a otros con paciencia y misericordia.’ El Mesías Prometido (as) afirma que Marhama (misericordia) se da cuando alguien ve un defecto en alguna persona, y le guía y ora por ellos. La oración contiene gran vigor.”

El Mesías Prometido (as) afirma que “la oración contiene gran vigor”. El estado de una persona que es capaz de anunciar los fallos de otro cien veces y aun así no ora por él ni una sola vez, es muy lamentable. Uno solo debe mencionar el fallo de otra persona cuando antes ha llorado por ellos en oración durante al menos cuarenta días. (Al mencionar esto, no significa que uno debe exponer las deficiencias de la gente o que tiene permiso de difundirlas abiertamente, de hecho, significa que si uno tiene que plantear el asunto con los responsables de la reforma [es decir, un comité], entonces, antes de presentar cualquier queja uno debe esforzarse al máximo en orar por él.) El Mesías Prometido (as) afirma:

“No queremos decir que uno debe aprobar el defecto o que cuando uno ve una falta en otro, debe apoyarla declarando que es un gran acto, y que si alguno tiene alguna falta o debilidad es una buena acción. Uno no debe endosarlo, sin embargo, uno no debe hacerlo público ni debe murmurar sobre ello. Si alguien es testigo de una falta, no debe difundirla, ni debe anunciarla delante de otras personas, porque se ha declarado en el libro de Al-lah (el Corán) que es un pecado anunciarlo y murmurar sobre ello.”

El Mesías Prometido (as) además afirma:

“El jeque Sa’di tenía dos estudiantes. Uno de ellos era muy inteligente y pronunciaba puntos de sabiduría y verdades. Él impartía sabiduría y conocimiento, mientras que el otro ardía en celos debido a su propia incapacidad. Se volvía muy resentido, es decir, uno de los estudiantes era sabio, mientras que el otro era menos inteligente. Como he mencionado antes, el estudiante menos inteligente mostraba celos del estudiante que era más inteligente. Finalmente, el estudiante inteligente mencionó al jeque Sa’di que ‘cada vez que menciono algo, el otro estudiante se vuelve muy celoso.’ Al oír esto, el jeque Sa’di respondió: ‘Si, debido a sus celos, uno escoge el camino que conduce al infierno, es decir, si escoge el camino que lo llevaría al infierno debido a sus celos, tú también eres culpable por murmurar. El hecho de que me lo estés contando no es una acción virtuosa. Tú también has adoptado el mal camino hacia el infierno por haber murmurado. Por lo tanto, ambos sois culpables de pecado.”

Tras mencionar este incidente, el Mesías Prometido (as) dijo entonces:

“Esta dispensación no podrá prosperar si no adoptamos la misericordia, la oración, ocultamos las faltas de los demás y nos exhortamos unos a otros a mostrar misericordia.”

Por tanto, por un lado, afirmamos que, al hacer el Bai’at (juramento de iniciación) con el Mesías Prometido (as), producimos en nuestro interior cambios piadosos, y por el otro lado, si hemos sucumbido a las persecuciones e influencias mundanas de nuestro entorno, y también fracasamos en implementar las enseñanzas y atributos de Dios el Todopoderoso en nuestro interior, entonces somos culpables de pecado en virtud de no cumplir nuestra promesa. Habremos fracasado en llegar a ser aquellos [individuos] que el Mesías Prometido (as) deseaba que fuéramos. ¿Qué deseó el Mesías Prometido (as) para nosotros? Que debemos ser misericordiosos unos con otros y debemos convertirnos en aquellos que rezan por otros y ocultan los defectos de los demás.

En una ocasión el Mesías Prometido (as) declaró:

“[Los miembros] de nuestra Yama’at deben actuar de tal manera que, cuando alguien sea testigo de la culpa de otro, debe orar por esa persona. Sin embargo, si no rezan por ellos y en su lugar anuncian [la falta] exponiéndola por completo, entonces serán culpables de pecado”.

El Mesías Prometido (as) además afirma:

“¿Qué faltas no se pueden rectificar? Por lo tanto, uno siempre debe ayudar a sus hermanos orando por ellos”.

Cuando nos ayudamos mutuamente de esta manera, y en lugar de exponer las debilidades de otros y revelando sus defectos, oramos por ellos, solo entonces nos convertiremos en esa verdadera comunidad que el Mesías Prometido (as) deseó que nos convirtiéramos. Además, este es el signo de un verdadero musulmán como se menciona en los dichos del Santo Profeta (sa). Esta es la condición que nos puede llevar a la salvación, al perdón y permitir que se oculten nuestras propias faltas. El Santo Profeta (sa) nos ha enseñado una oración para recibir la protección de Dios el Todopoderoso y ser beneficiarios de sus bendiciones Divinas. Por lo tanto, debemos recitar esto constantemente. La oración es la siguiente:

“¡Oh Al-lah! Te imploro que me protejas en esta vida y en el Más Allá. ¡Oh, mi Señor! Concédeme seguridad y protégeme en mi fe, en los asuntos mundanos, en la riqueza y en mi hogar. ¡Oh Al-lah! Oculta mis defectos y dame la paz eliminando mis miedos. ¡Oh Al-lah! Protégeme de todos los peligros y cúbreme en Tu seguridad desde todas las direcciones, ya sea desde delante, por detrás de mí, desde de mi derecha, izquierda o incluso desde arriba. Busco el refugio en Tu Majestad, para no caer preso de ninguna dificultad oculta.”

Por tanto, cuando oremos por nosotros mismos de esta manera, también debemos orar por los demás con los mismos sentimientos y cuando esta condición surja, entonces Dios Todopoderoso aceptará las oraciones. Que Al-lah nos permita llegar a ser de entre aquellos que buscan Su placer.

Después de las oraciones, dirigiré una oración fúnebre en ausencia para el Sr. Malik Salim Latif Sahib, que fue abogado, así como el Sadr Yama’at de Nankana Sahib en Pakistán. Era el hijo del Sr. Malik Muhammad Shafi’ Sahib y tenía setenta años. Ayer, es decir, el 30 de marzo de 2017, salió de su casa a las 9 de la mañana para asistir al juzgado, acompañado por su hijo. En el camino, un enemigo del Ahmadíat abrió fuego contra él y como consecuencia fue martirizado. ¡A Al-lah pertenecemos y a Él volveremos!

El Ahmadíat se introdujo en la familia del fallecido a través de dos tíos maternos de su padre – Sr Malik Muhammad Shafi – Hazrat Hafiz Nabi Baksh, compañero del Mesías Prometido (as) y Hazrat Jamal-ud-Din que también fue un compañero del Mesías Prometido (as). Su origen era de Chak Sadullah que está situado cerca de Qadian. El padre del fallecido era Áhmadi de nacimiento. Antes de la partición se estableció en Nankana Sahib. El fallecido nació en Nankana Sahib en 1948. Obtuvo su educación en Nankana Sahib. En 1967 completó su LLB en Lahore y ha estado trabajando como abogado desde entonces.

Según los informes, el fallecido salió de casa en moto con su hijo Muhammad Farhan, abogado, a las 9 de la mañana para ir al juzgado. Su hijo se hallaba sentado delante conduciendo la moto. Cuando llegaron al cruce próximo al mercado de Beri Wala, un desconocido les indicó que se detuvieran. La moto ya iba a poca velocidad al aproximarse al cruce. El individuo mencionado abrió fuego, y la bala atravesó las costillas de la víctima por el lado derecho. El atacante recargó su arma, le disparó a la espalda y el difunto cayó de la moto. El atacante disparó a continuación contra su hijo, pero no logró alcanzarle. Siguió disparándole, pero sin conseguir acertar. Su hijo comenzó a recitar el Kalima [declaración de fe] en voz alta. Las personas que estaban en las proximidades no hicieron nada por intervenir, sino que permanecieron pasivas observando los acontecimientos. El atacante no consiguió cargar su arma de nuevo y dejó de disparar, momento en el que huyó de la escena. Sin embargo, en este periodo y debido a las heridas causadas, el difunto se convirtió en mártir.

En la época de la partición (de la India), el padre del difunto trabajó como supervisor Tehsildar (inspector de recaudación) y desde su cargo, ayudó en gran medida a la reubicación de muchos áhmadis en Nankana Sahib después de la partición. Un área de Nankana fue poblada por áhmadis y fue nombrada Kucha Ahmadiyya. Sin embargo, en 1974 se aprobó una ley en contra de la Yama’at y debido a la presión de los opositores su nombre fue cambiado de Kucha Ahmadiyya a Calle Gadhafi. Desde 1977 hasta su martirio, exceptuando un año, el difunto tuvo la oportunidad de servir como Sadr de la Yama’at de Nankana.

El difunto poseía muchas cualidades. Era muy sociable y hospitalario. Aparte de mostrar su hospitalidad a los huéspedes de la sede central, la compasión por los pobres era un rasgo evidente de su carácter. Siempre estaba dispuesto a ayudar a todos. Era regular en sus oraciones y tenía una conexión especial con el Jilafat. Era una persona trabajadora y valiente. Junto con los demás miembros de la Yama’at, se enfrentó a severas persecuciones. En 1989 muchos hogares de los áhmadis, incluyendo la casa del difunto, fueron saqueados e incendiados por los opositores. A pesar de todas estas circunstancias, siempre se mantuvo firme, y se enfrentó con valentía a los oponentes. En 2010 tuvo la oportunidad de ayudar en la construcción de la mezquita local. La esposa del fallecido también tuvo la oportunidad de servir como Sadar Lajna [presidenta de la organización auxiliar de mujeres], y había fallecido sólo unos pocos años antes. El suegro del fallecido era Malik Muhammad Din Sahib. Su nombre fue señalado en los conocidos procesos [contra la Yama’at] en Sahiwal, y que falleció más tarde mientras estaba todavía bajo custodia.

Al difunto le sobreviven dos hijos: Malik Owais, que es juez civil en Lahore, y Muhammad Farhan, abogado y que actualmente sirve como Qaid [líder juvenil] de Khuddam-ul-Ahmadiyya. También [le sobreviven] una hija, la doctora Samrah Waqar Sahiba que reside en Lahore. Tiene tres hermanos y tres hermanas. Uno de sus hermanos, Malik Muhammad Naseem Sahib vive aquí en Londres. El padre del difunto y la madre del doctor Abdus Salaam Sahib eran parientes.

De acuerdo con el deseo de la familia, el fallecido será enterrado en su ciudad ancestral de Sahiwal. Que Al-lah el Todopoderoso eleve el estatus del fallecido y permita a sus hijos seguir sus pasos y aumente sus acciones virtuosas. Que provea de los medios para una rápida captura de los oponentes y enemigos del Ahmadíat.

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