- ضَرَبَ لَکُمۡ مَّثَلًا مِّنۡ اَنۡفُسِکُمۡ ؕ ہَلۡ لَّکُمۡ مِّنۡ مَّا مَلَکَتۡ اَیۡمَانُکُمۡ مِّنۡ شُرَکَآءَ فِیۡ مَا رَزَقۡنٰکُمۡ فَاَنۡتُمۡ فِیۡہِ سَوَآءٌ تَخَافُوۡنَہُمۡ کَخِیۡفَتِکُمۡ اَنۡفُسَکُمۡ ؕ کَذٰلِکَ نُفَصِّلُ الۡاٰیٰتِ لِقَوۡمٍ یَّعۡقِلُوۡنَ ﴿۲۹﴾30 : 29 Él os propone una parábola relativa a vosotros mismos. ¿Acaso habéis hecho que vuestros esclavos se conviertan en socios de lo que os hemos proporcionado y tengan igual participación, de tal forma que habéis comenzado a temerles como os teméis mutuamente? Así explicamos los Signos a un pueblo que entiende.