- وَ اِذَا مَسَّ الۡاِنۡسَانَ الضُّرُّ دَعَانَا لِجَنۡۢبِہٖۤ اَوۡ قَاعِدًا اَوۡ قَآئِمًا ۚ فَلَمَّا کَشَفۡنَا عَنۡہُ ضُرَّہٗ مَرَّ کَاَنۡ لَّمۡ یَدۡعُنَاۤ اِلٰی ضُرٍّ مَّسَّہٗ ؕ کَذٰلِکَ زُیِّنَ لِلۡمُسۡرِفِیۡنَ مَا کَانُوۡا یَعۡمَلُوۡنَ ﴿۱۳﴾10 : 13 Y cuando la desgracia cae sobre un hombre, Nos invoca, echado sobre su costado, sentado o de pie; pero cuando le libramos de su desgracia, se aleja como si nunca hubiera Nos hubiera suplicado para salvarlo de la desdicha que le afligía. De este modo es como las acciones de los extravagantes se les hace aparecer justas ante sus ojos.