Preservar los valores islámicos en la juventud áhmadi
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

El domingo 8 de septiembre de 2019, Hazrat Mirza Masrur Ahmad, Jalifa Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, se dirigió a los jóvenes musulmanes áhmadis en la sesión de clausura del I’lltemah Nacional (reunión) 2019 de Mall’lis Judamul Ahmadía (MJA), Reino Unido. MJA es una organización auxiliar de la Comunidad Musulmana Ahmadía compuesta por miembros varones de entre 15 y 40 años. Al evento asistieron más de 6,100 jóvenes, y el discurso se retransmitió en directo en todo el mundo a través de la estación de televisión oficial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Muslim TV Ahmadía (MTA). Los objetivos del I’lltemah son educar a los jóvenes musulmanes acerca de las verdaderas enseñanzas pacíficas del islam e inspirarlos para que sirvan tanto a su fe como a su nación con el máximo de sus capacidades. El tema de I’lltemah de este año fue “La existencia de Dios”. La transcripción oficial completa del discurso pronunciado por Su Santidad en esta ocasión se presenta a continuación.

Después de recitar Tashahhud, Ta’awwuz y Surah Al-Fatihah, Hazrat Jalifatul Masih V (aba) dijo:

‘Con la gracia de Al-lah, estáis llegando ahora a la conclusión del I’lltemah de Judamul Ahmadía de este año. Estoy seguro de que todos vosotros os habéis esforzado por mejorar vuestros estándares morales y espirituales y habéis tratado de aumentar vuestro conocimiento religioso, en lugar de pasar todo vuestro tiempo solamente en deportes o juegos.

Hacer deporte y hacer ejercicio es importante, porque permite a una persona mantenerse en forma y si una persona es físicamente fuerte y saludable, está en mejores condiciones para adorar y cumplir los derechos de Al-lah el Exaltado y Su creación. Sin embargo, vuestro enfoque principal en el I’lltemah y durante todo el año, es que siempre debéis aumentar vuestra espiritualidad y conocimiento religioso.

Para obtener el conocimiento secular y avanzar en la educación, la mayoría de los jóvenes áhmadis estudian mucho; sin embargo, en muchos casos, no se está haciendo el mismo esfuerzo y sacrificio por obtener conocimiento religioso.

Por lo tanto, la razón principal por la que celebramos Yalsas e I’lltemas es para que todos los participantes puedan unirse para elevar vuestros estándares espirituales y morales y aumentar vuestro conocimiento religioso y reconocer que debéis mejorar continuamente. Lo más importante al asistir al I’lltema es que debería centrar las mentes de todos los participantes en el requisito principal de fortalecer vuestro vínculo con Al-lah el Exaltado.

La mayoría de vosotros estaréis al tanto del famoso dicho de Hazrat Musleh Maud (ra) [segundo Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía] en el que se dirigió a los Judam diciendo que:

“Las naciones no pueden ser reformadas sin la reforma de la juventud”.

Estas sabias palabras no solo se han convertido en el eslogan principal del Mall’lis Judamul Ahmadía, sino que también se han convertido en la base de vuestras actividades y vuestros planes. Sin embargo, no es suficiente simplemente repetir este eslogan o imprimirlo en carteles o insignias; más bien debéis entender su verdadero significado y la filosofía subyacente detrás de estas profundas palabras.

La razón por la cual Hazrat Musleh Maud (ra) asignó este eslogan a Mall’lis Judamul Ahmadía fue para enfatizar lo importante que era para los jóvenes no solo obtener educación secular, sino más allá de esto, desarrollar constantemente vuestra relación con Al-lah el Exaltado.

Por ejemplo, al ofrecer Salat [oración obligatoria] no es por estar allí por imperativo, para cumplir superficialmente el requisito de tu fe; más bien, debéis disfrutar cada momento de oración y apreciar la oportunidad de abrir vuestros corazones ante vuestro amado Creador.

Esas palabras de Hazrat Musleh Maud (ra) también exigen que los miembros de Judamul Ahmadía se esfuercen por aumentar su conocimiento religioso, porque tener conocimiento de las enseñanzas del islam aumentará automáticamente la espiritualidad de una persona y le acercará a Al-lah el Exaltado.

Además, solo si un áhmadi entiende su fe puede convertirse en un ejemplo para los demás, mostrar al mundo las bellezas del Islam y eliminar las ideas falsas generalizadas que existen sobre nuestra religión.

Por lo tanto, es muy importante que cada Jadim [joven áhmadi] no simplemente repita este eslogan, sino que también reflexione sobre su significado y comprenda lo que personalmente se requiere de él. Deberíais apreciar que no es un eslogan ordinario, sino que es en realidad el garante del éxito y la prosperidad continua de nuestra Yama’at y, de hecho, el camino que conduce a la salvación y al avance de nuestras naciones.

Estas pocas palabras son, en esencia, los medios para cumplir el propósito de vuestra vida. Refuerzan y reiteran el hecho de que el éxito de nuestra Yama’at y nuestra nación están directamente relacionados con el estado espiritual y moral de los jóvenes. Si cada Jadim [joven áhmadi] presta atención a esto, entonces le permitirá seguir los mandamientos de Al-lah el Exaltado y mantenerse alejado de la inmoralidad y las malas acciones.

Continuando con la alocución, todos podemos ver que estamos viviendo en una era en la que la humanidad no solo se aleja de la religión, sino que también se aleja de la creencia en la existencia de Dios. En tales circunstancias, cada áhmadi debe demostrar a los que dudan y a los escépticos que Dios existe, que Él es un Dios vivo y que el islam es la religión final revelada por Él.

No subestiméis vuestro papel en este esfuerzo ni consideréis que es el trabajo de otras personas transmitir este mensaje.

De hecho, los jóvenes áhmadis debéis liderar este esfuerzo y aceptar de todo corazón este gran desafío de nuestro tiempo.

Para esto, debéis vivir vuestra vida de una manera que cumpla el propósito de vuestra creación y el propósito por el cual Al-lah el Exaltado hizo este mundo. Si tenéis éxito, estaréis entre los receptores de la Misericordia y las recompensas de Al-lah y no solo obtendréis los frutos de vuestro trabajo en términos espirituales, sino también los beneficios en vuestros esfuerzos mundanos. Al-lah el Exaltado os bendecirá en términos materiales porque dísteis prioridad a vuestra fe sobre todos los asuntos mundanos y tratásteis de reformaros de acuerdo con las enseñanzas del islam.

Durante bastante tiempo, llevo mencionando a los benditos Compañeros del Santo Profeta (sa) en mis sermones del viernes. Configuraban el grupo estimado de personas para quienes la historia da testimonio de que no solo se comprometieron a dar prioridad a su fe sobre todos los asuntos mundanos, sino que, lo que es más importante, cumplieron esa promesa de la manera más sorprendente. No escatimaron esfuerzos para cumplir su juramento y dieron todos los sacrificios posibles por el bien de su fe. Como resultado, Al-lah el Exaltado les permitió sobresalir en términos espirituales y morales y desempeñar un papel destacado en la difusión del islam.

Al mismo tiempo, también los bendijo en términos mundanos, de modo que aquellos que lo adoraban día y noche y eran verdaderamente obedientes al Santo Profeta del Islam (sa), vieron prosperar su oficio o negocio, hasta el punto de que algunos incluso se hicieron millonarios [utilizando la terminología de hoy día]. Sin embargo, tal riqueza nunca los apartó de su fe ni los corrompió de ninguna manera; más bien, los llevó a sacrificios aún mayores por la causa del islam.

Por lo tanto, siempre debéis tener en cuenta vuestra obligación de priorizar vuestra fe y debéis evaluar continuamente vuestros esfuerzos para mejorar espiritual y moralmente. Esto es imprescindible no solo para vuestro propio beneficio sino también para el beneficio de vuestra nación. Cada Jadim [joven áhmadi] debe servir como un medio de orgullo en pro de vuestra nación y estar entre aquellos que llevan a vuestra gente hacia la paz y la prosperidad.

En el mundo de hoy, la trágica realidad es que la gran mayoría de las personas en toda la sociedad han olvidado a su Creador y tienen poca o ninguna idea de cuán desastrosas serán las consecuencias si no se arrepienten y no se reforman.

Por lo tanto, cada Jadim [joven áhmadi] debe asumir la responsabilidad de esforzarse por salvar a vuestra nación del castigo y la ira de Al-lah el Exaltado, hacia el cual hoy día se dirigen a gran velocidad.

Depende de vosotros guiar a la gente de vuestra nación y traerlos de regreso hacia Al-lah el Exaltado.

Para ello, debéis desarrollar personalmente los más altos estándares de espiritualidad y moralidad.

Debéis dar un ejemplo de veracidad e integridad y practicar lo que predicáis.

Para alcanzar la verdadera virtud es necesario, de acuerdo con el mandato de Al-lah, ser regular en ofrecer Istighfar. La forma de ofrecer Istighfar no es simplemente pedirle a Al-lah el Exaltado que perdone vuestros errores o pecados pasados; más bien, no solo debéis mirar al pasado, sino que también debéis mirar al futuro. Por lo tanto, cuando se busque el perdón por errores anteriores, también debéis ser completamente resueltos en vuestra determinación de manteneros alejados de tales vicios en el futuro.

A veces me preguntan, incluso los miembros de nuestra juventud, cómo una persona puede saber si sus pecados han sido perdonados y si Al-lah ha aceptado su arrepentimiento. Por supuesto, como seres humanos comunes, no podemos esperar que se nos informe explícitamente de los cielos si cada uno de nuestros pecados ha sido perdonado.

No obstante, Al-lah el Exaltado mismo nos ha enseñado que si una persona ofrece Istighfar [buscando el perdón por los pecados de uno] sinceramente y es inquebrantable en su resolución de nunca repetir pecados o vicios pasados, entonces es seguro asumir que su arrepentimiento ha sido aceptado. Esta es la filosofía de Istighfar, en la que una persona es perdonada por sus indiscreciones pasadas cuando vuestro corazón se purifica y odia cualquier pecado o acto incorrecto en el que estuvo involucrado anteriormente.

Por el contrario, si una persona ofrece Istighfar, pero continúa repitiendo el mismo error, no se puede decir que su contrición sea sincera y, por lo tanto, no será aceptada. Por lo tanto, es esencial ofrecer Istighfar con sinceridad hasta que desarrolle una firme aversión a esas cosas incorrectas que ha hecho en el pasado.

Si llegáis a esa etapa, podéis estar completamente seguros de que Al-lah os ha perdonado y que las puertas de Su misericordia, amor y recompensas se os han abierto, tanto en este mundo como en el próximo.

Además del Istighfar, debéis buscar continuamente la ayuda de Al-lah repitiendo la oración:

Es decir:

“Guíanos por el camino correcto”.

Esta oración debe ofrecerse con total humildad y con la firme intención de permanecer en el camino de la virtud y rechazar los avances de Satanás, que constantemente busca atraernos para que nos involucremos en el comportamiento ilícito y engañoso que seguramente atraerá la ira de Al-lah.

Por lo tanto, cada áhmadi, hombre o mujer, joven o viejo, que haya aceptado al Mesías Prometido (as) y se haya comprometido a priorizar su fe sobre todos los asuntos mundanos, debe ofrecer repetidamente esta oración para mantenerse correctamente guiado.

Siempre recordad que ser firme en vuestra fe y mostrar perseverancia es la manera de protegerse de las malas acciones. Cuando una persona muestra incluso un indicio de debilidad o negligencia en su fe, es una invitación a Satanás para aprovechar y guiarlo por mal camino.

En el mundo de hoy, en todas partes, hay innumerables tentaciones y atracciones que pueden alejar fácilmente a una persona de su fe y llevarle hacia la transgresión. Por ejemplo, los programas y películas indecentes de televisión se transmiten y se repiten constantemente y sirven para debilitar el tejido moral de la sociedad.

Del mismo modo, la influencia de las redes sociales es cada vez mayor y muchos videos y publicaciones son aquellos que fomentan o facilitan la inmoralidad. Lo mismo es cierto con muchos juegos de computadora que las personas juegan “on line”, especialmente los niños pequeños de doce a quince años u otros adolescentes.

Indudablemente, los aspectos dañinos de la tecnología moderna pueden alejar fácilmente a las personas de Dios, alejarlo de la adoración a Él y, con el tiempo, debilitar la fe de una persona en la existencia de Al-lah el Exaltado.

En consecuencia, si cualquiera de los Judam o Atfal [jóvenes o niños áhmadis] caen presa de tales vicios, debéis daros cuenta de que caéis bajo la influencia totalmente destructiva de Satanás, quien proclamó desde el principio su intención de alejar a las personas de Dios. Y Al-lah el Exaltado ha dejado en claro que aquellos que terminan en las garras de Satanás serán responsables y castigados por él.

Recordad que Al-lah el Exaltado ha dado a los seres humanos una mente propia y el derecho de elegir entre lo bueno y lo malo. Al enviar misericordiosamente a Sus Profetas al mundo, Al-lah el Exaltado ha distinguido claramente entre lo que está bien y lo que está mal, y aquellos que se oponen a los Profetas de Dios, son aquellos que están ayudando a Satanás en la búsqueda para destruir la religión y la creencia en Al-lah el Exaltado.

No es exagerado sugerir que en esta era, más que nunca, la sociedad está envuelta por influencias satánicas.

Ya he mencionado cómo las redes sociales pueden dañar la fe de una persona y llevarla por el camino equivocado. Además, la pornografía, las drogas, los juegos “on line”, los juegos de azar, las relaciones inmorales e inapropiadas, ir a clubes nocturnos y muchas otras cosas se encuentran entre esas influencias satánicas, que son completamente dañinas y están alejando a las personas de Al-lah el Exaltado.

Lamentablemente, algunos miembros de nuestra juventud también están siendo atraídos hacia estas actividades peligrosas e inmorales. A medida que vuestras mentes se consumen por estas atracciones mundanas y superficiales, descuidáis ofrecer Istighfar. Olvidáis que han aceptado el Imam de la Era, el Mesías Prometido y el Imam Mahdi (as).

Incluso pasan por alto el hecho de que han aceptado al Santo Profeta (sa) como el último Profeta que trajo la Ley, y que el Sagrado Corán es el Libro final que porta la Ley revelada por Al-lah.

Es para mí un profundo pesar que haya miembros de nuestra Yama’at que tengan más interés en mantenerse actualizados con las últimas películas y publicaciones en las redes sociales que en estudiar el Sagrado Corán, ofrecer Salat [la oración] y realizar actos virtuosos.

Aunque nuestra Yama’at hace un gran esfuerzo para satisfacer las necesidades de los demás a través de Jidmat-e-Jalq, servicios a la humanidad y la caridad, la verdad es que la mayoría del trabajo está siendo realizado por una minoría de nuestros miembros. Hay muchos que permanecen ociosos y no sacrifican su tiempo y riqueza en beneficio de la humanidad.

Del mismo modo, no podemos afirmar que la mayoría de los áhmadis ofrecen sus oraciones con la devoción y el espíritu que se requiere. Tampoco estudian profundamente el Sagrado Corán o tratan de seguir sus instrucciones.

En última instancia, no podemos afirmar que la mayoría de nuestros jóvenes son aquellos que realmente dan prioridad a su fe sobre todos los asuntos mundanos.

Entonces, ¿cómo podemos esperar reformar nuestras naciones, si fracasamos en reformarnos nosotros mismos?

Esta es la cruda verdad y hasta que todos y cada uno de nosotros reflexionemos sobre nuestras acciones y busquemos la ayuda de Al-lah y nos arrepintamos ante Él, nunca podremos ser verdaderamente exitosos o cumplir los objetivos reales de nuestra vida.

En este sentido, algunas personas dicen que si Al-lah desea que nos reformemos, entonces Él mismo debería reformarnos. Esta actitud es incorrecta e ignorante. Ya he explicado que Al-lah el Exaltado ha dado a los seres humanos el libre albedrío.

Además, algunos áhmadis cuestionan la participación de la Yama’at en ciertos asuntos, que consideran sus problemas personales. Ciertamente, algunas cosas son de naturaleza personal, pero cuando un asunto personal interfiere con nuestros deberes religiosos, se convierte en un problema para la Yama’at, porque como áhmadis, todos nos hemos comprometido a dar prioridad a nuestra fe sobre todos los asuntos mundanos.

Si un áhmadi viola las demandas de su fe, está rompiendo su promesa y, por lo tanto, se convierte en el deber de la Yama’at, ya sea a nivel de la Yama’at o a través de las organizaciones auxiliares, tomar medidas tratando de guiarlo hacia el camino correcto.

Por lo tanto, recordad siempre que si se debilita vuestra fe o se ve envuelta en actos inmorales o vanos, el Nizaam [organización] de la Yama’at buscará guiarlo y explicarle la importancia de la reforma. Sin duda, Mall’lis Judamul Ahmadía deberá recordarles constantemente a los Judam y Atfal la importancia de ofrecer Salat y venir a la mezquita.

Es su deber dejar en claro a todos los Jadim [joven áhmadi] que el incumplimiento de estos deberes religiosos básicos os alejará de vuestra fe. Tales asuntos no siguen siendo personales, sino que son un tema de preocupación para las Yama’ats, porque si los Áhmadis no están cumpliendo los derechos de Al-lah y no están priorizando su fe sobre los asuntos mundanos, entonces no solo se están lastimando a sí mismos, sino también a las Yama’at y la sociedad en general.

Cuando un individuo se debilita, debilita al colectivo y este es el punto central que sustenta la consigna de que “las naciones no pueden ser reformadas sin la reforma de la juventud“.

Si aquellos de entre nosotros somos víctimas de irregularidades y nuestros estándares espirituales, morales y prácticos están disminuyendo, ¿cómo podemos ser quienes reformemos a los demás? Más bien, nosotros mismos caeremos en los brazos de Satanás, quedaremos hechizados por su influencia y llevaremos a otros por el mal camino.

Reducirá el precioso eslogan de Judamul Ahmadía a un lema artificial, compuesto de palabras huecas y sin sentido. En lugar de beneficiar a la sociedad, esas personas sembrarán la división y propagarán el desorden. En lugar de elevar la posición moral y social de la sociedad, la reducirán y degradarán. Serán una fuente para obstaculizar el progreso de vuestra sociedad y vuestra nación, en lugar de ser una fuente de orgullo y honor por ello.

Por lo tanto, la Yama’at tiene un papel fundamental para guiar a los áhmadis lejos de las actividades inmorales e inapropiadas.

Por supuesto, algunas cosas siguen siendo sólo personales. Sin embargo, incluso en esos asuntos personales, hay ocasiones en que es deber de la Yama’at guiar a los miembros e intervenir. Por ejemplo, toda persona tiene derecho a elegir su profesión o vocación. El islam permite a las personas establecer negocios o participar en actividades comerciales.

Mencioné antes cómo algunos de los Compañeros del Santo Profeta (sa) tenían negocios o intercambiaban bienes a través de los cuales adquirían mucha riqueza. Por lo tanto, no hay nada malo en ganar dinero, siempre que se gane legalmente y de acuerdo con los valores islámicos. Por ejemplo, el islam no permite que un musulmán produzca, conserve, distribuya o venda alcohol y el Santo Profeta (sa) maldijo a quienes lo hicieron.

El matrimonio también es un asunto personal para cada individuo, a condición de que cumpla con las instrucciones del Sagrado Corán al respecto. Por lo tanto, nadie tiene el derecho de obligar a una persona a casarse en contra de su voluntad. Si un hombre áhmadi encuentra a una mujer áhmadi que le gusta y ella consiente, entonces son libres de casarse y sus padres deberían ayudarlos en este sentido.

Sin embargo, un hombre no debe casarse simplemente para satisfacer sus deseos sexuales y con ello se garantiza que se entienda y se defienda la santidad y el verdadero valor del matrimonio, la Yama’at guía a los Áhmadis sobre cuestiones matrimoniales cuando sea necesario.

En resumen, cuando los áhmadis se involucran en actividades inmorales, incluso en sus tratos personales, es el deber de la Yama’at proteger y preservar la integridad y la justicia de nuestra comunidad, así como de la sociedad en general, guiándolos hacia la reforma.

Las influencias satánicas en el mundo moderno son cada vez mayores y se utilizan para frenar la religión y debilitar los estándares morales, y la única forma de salvarnos de tales cosas dañinas es tornando hacia Al-lah el Exaltado e inclinándonos ante Él. Esto es cierto para todas las personas, no importa cuán piadosas sean y esta es la razón por la que incluso los Profetas, que eran de carácter puro, ofrecieron Istighfar.

Por ejemplo, vemos en el capítulo 12, versículo 54 del Sagrado Corán cómo Hazrat Yusuf (as) buscó la ayuda de Al-lah el Exaltado al orar con las siguientes palabras:

“Y no me absuelvo de debilidad; porque el alma ciertamente es propensa a instigar al mal, salvo aquello con lo que mi Señor tiene misericordia. En verdad, mi Señor es el Sumo Indulgente, Misericordioso”.

Aquí vemos cómo una persona que estaba destinada a ser un Profeta de Dios afirmó que sin la ayuda de Al-lah y sin Su misericordia, no era posible que se salvara del camino equivocado.

Si incluso los nobles Profetas requieren la salvación de la gracia y la misericordia de Al-lah, ¿qué se puede decir de una persona común?

Seguramente, es solo volviéndose hacia Al-lah con verdadera sinceridad y humildad, buscando Su perdón y compasión que una persona pueda permanecer en el camino correcto. Ciertamente, es el deber principal de cada persona, que ha aceptado al Mesías Prometido (as), prestar atención a este mensaje. La alternativa es que una persona siga siendo negligente y no cumpla la promesa que hizo al tomar el Bai’at del Mesías Prometido (as).

Que no se haga ilusiones de que el incumplimiento de la promesa de uno es un asunto pequeño. Más bien, en el Sagrado Corán, Al-lah el Exaltado ha dicho que cada persona será responsable de sus promesas. Como mínimo, cada persona debe ser honesta, valiente y libre de hipocresía.

Por lo tanto, si una persona no quiere seguir las enseñanzas del islam o no quiere que Yama’at lo guíe, entonces debe declarar abiertamente que no es miembro de la Yama’at.

Por otro lado, una vez que se ha tomado Bai’at [juramento de lealtad] y se ha comprometido a dar prioridad a su fe sobre todos los asuntos mundanos, debe tratar de cumplir sus demandas lo mejor que pueda. Debe ofrecer a Istighfar tanto como sea posible, para que pueda salvarse de las llamadas libertades del mundo moderno, que en realidad son grilletes que solo sirven para alejar a la humanidad del camino de la verdadera prosperidad.

Cada uno de ustedes debe rezar para que se salven de los vicios de hoy en día y para permanecer puros de mente y libres de todos los pensamientos y deseos inmorales.

Estad siempre comprometidos a cumplir vuestra promesa, especialmente la promesa fundamental de dar prioridad a vuestra religión sobre todas las demás cosas.

Debéis estar entre aquellos Judam que realmente entienden que se les ha dado el deber de reformar a vuestras naciones y para esto, primero debéis reformaros a vosotros mismos.

Debéis estar entre aquellos Judam que están decididos a unir al mundo entero en una creencia firme en la Unidad y la Unicidad de Al-lah el Exaltado y ser de aquellos que juegan el papel en unir a la humanidad, bajo la gloriosa bandera del Santo Profeta Muhammad (sa).

Estos son los valores que debéis inculcar dentro de vosotros y es para incrustar estos valores que celebramos Yalsas e I’lltemas.

Es mi oración ardiente y sincera que los miembros de Mall’lis Judamul Ahmadía y Atfalul Ahmadía sean aquellos que aprecian y protegen sus valores islámicos y se dan cuenta de que cada éxito se basará en mantenerse fieles a su identidad central como musulmanes áhmadis.

De lo contrario, vuestra promesa y reclamo se volverán huecos y se basarán en la hipocresía y la hipocresía es un vicio que no solo es odiado por las personas religiosas, sino también por otras personas mundanas.

Al final, pido para que Al-lah el Exaltado infunda en vuestros corazones nobleza, pureza y que paséis vuestras vidas manteniendo los más altos estándares morales y espirituales.

Que cumpláis continuamente con los derechos de Al-lah el Exaltado y con los de Su creación en cada momento y encrucijada de vuestra vida.

¡Que el Todopoderoso continúe bendiciendo a Mall’lis Judamul Ahmadía en todos los aspectos! Amín.

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