El milagro de la ‘división de la Luna’ y su relevancia

Por Waleed Ahmad, especialista en historia, Yamia Ahmadía Alemania
Traducido del original en urdu, publicado originalmente en el Daily Al-Fazl, 21 de enero de 2025En el patio de la Ka’bah, se había reunido un consejo de los líderes del Quraish. Discutían fervientemente cómo impedir que Muhammad (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) propagara su nueva religión. Esta nueva fe estaba ganando terreno día a día y, a pesar de sus persistentes esfuerzos, no habían hecho más que fracasar. Durante la discusión, se decidió finalmente invitar a Muhammad (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) a un diálogo para resolver el asunto de una vez por todas.En consecuencia, se envió un mensaje al Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), diciendo que los líderes de su pueblo deseaban discutir algo con él. Cuando le llegó este mensaje, aprovechó la oportunidad para transmitir la verdad de su mensaje y acudió a la reunión. Los Quraish comenzaron su diálogo diciendo:
“Mira, este asunto se ha alargado demasiado. Si tu objetivo con este nuevo movimiento es amasar riquezas, estamos dispuestos a convertirte en el hombre más rico de La Meca. Si buscas el honor, estamos dispuestos a nombrarte nuestro líder. Si deseas el poder, estamos dispuestos incluso a ofrecerte la soberanía. Y si deseas casarte con una mujer hermosa y noble, también podemos arreglarlo. Lo único que te pedimos es que dejes de hablar mal de nuestros dioses”.
El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah desciendan sobre él) escuchó todas sus propuestas y respondió:“Oh gente de Quraish, no deseo nada de eso. No soy más que un mensajero de Al’lah, que les transmite Su mensaje. Su bienestar radica en aceptar este mensaje”.
Los Quraish respondieron: “Si no aceptas nuestras propuestas, entonces muéstranos algunos signos o milagros que nos obliguen a creer en ti. Tú sabes que nuestra tierra no es fértil; si realmente eres un profeta, haz que fluyan ríos en esta región y haz que esta tierra estéril sea exuberante y verde.”
El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) repitió su respuesta anterior:“No soy más que un mensajero de Al’lah, que les transmite Sus órdenes”.
Los Quraish dijeron entonces: “Si no es eso, entonces pide a tu Dios que te envíe un ángel, o pídele que te conceda jardines y tesoros de oro y plata, pues vemos que eres igual que nosotros: trabajas y paseas por los mercados.”
El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) respondió:”No pretendo ser lo que ustedes buscan. Sin embargo, les reitero que si aceptan mi mensaje, alcanzarán el éxito tanto en este mundo como en el Más Allá.”
Al oír esto, los Quraish se enfurecieron y dijeron: “Si eso no es posible, entonces haz caer el castigo de Dios del que no dejas de advertirnos. ¡Por Dios! Ahora parece que o vivirás tú o viviremos nosotros”.
Con esto, la reunión terminó sin resolución, y el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) regresó a casa, apenado por la obstinación de los Quraish.(Resumen de Sirat Ibn Hisham, Volumen 1, Segunda Edición, Egipto, 1955, pp. 295-299; Sirat Jatam-un-Nabiyyin de Hazrat Mirza Bashir Ahmad MA, pp. 180-182.)
La exigencia de un milagro
La actitud y las exigencias de los Quraish no carecían de precedentes; a lo largo de la historia de los profetas, los opositores a la religión han hecho con frecuencia tales peticiones. Aunque Dios Altísimo no está obligado a cumplir tales demandas, ya que las enseñanzas traídas por un profeta y su carácter ejemplar son pruebas suficientes de su verdad, sí manifiesta, de acuerdo con las leyes de la naturaleza, ciertos signos milagrosos en apoyo de Sus mensajeros. Estos milagros sirven para resaltar la belleza de la fe y no dejan excusa a los opositores ante Dios. Sin embargo, aquellos cuyos corazones se han endurecido como una piedra permanecen indiferentes ante estos signos luminosos. En cambio, persisten en su negación, movidos por la arrogancia y la presunción.
Los Quraish de La Meca, en múltiples ocasiones, exigieron un milagro del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). Con conocimiento divino, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) presentó el milagro de la división de la luna (Shaqq al-Qamar). Este acontecimiento milagroso ocurrió cinco años antes de la migración a Medina, en el noveno año de profecía, mientras los musulmanes aún soportaban las penurias de su confinamiento en el valle de Abu Talib.
El Mesías Prometido, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él), escribe:
“Los milagros de los fenómenos externos se mencionan abundantemente en el Sagrado Corán. Tales milagros sirven de adorno a la belleza del Corán, como joyas que realzan el encanto de lo bello. Es evidente que la belleza en sí misma no requiere adornos, aunque sí le añaden brillo. Cabe señalar que en el Sagrado Corán se registran milagros de fenómenos externos en diversas formas. Uno de ellos es la extraordinaria manifestación del poder de Dios en respuesta a la oración del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), por la que la luna se partió en dos. Otro ejemplo es la intervención divina a través de la súplica del Profeta, que provocó una grave hambruna que duró siete años, obligando a la gente a moler huesos para subsistir”.(Surma Chashm-e-Arya, Ruhani Jaza’in, Vol. 2, pp. 63-64, nota a pie de página)
La división de la Luna
A pesar de la manifestación de este signo extraordinario, los opositores se negaron a creer y lo tacharon de mera magia. El Sagrado Corán menciona este incidente de la siguiente manera:
Se acerca la Hora y la luna se parte. Y si ven un Signo, se apartan y dicen: ‘Una hazaña pasajera de magia’.(Surah Al-Qamar, 54:2-3)
Este hecho también está registrado en los Hadices. Cuando la gente de La Meca le pidió un milagro al Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), él les mostró el milagro de la división de la luna.
“La gente de La Meca le pidió al Mensajero de Al’lah (la paz y las bendiciones de Al’lah desciendan sobre él) que les mostrara un signo, así que les mostró la división de la luna”.(Sahih Bujari, Libro de las Virtudes, Capítulo: La Petición de los Politeístas de una Señal, Hadiz No. 3637)
Otra narración afirma:
“Abdul’ud bin Mas’ud (que Al’lah esté complacido con él) informó: La luna se dividió en dos partes mientras estábamos con el Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) en Mina. El Profeta dijo: ”Sean testigos de esto”. Una parte de la luna se movió hacia la montaña”.(Sahih Bujari, Libro de las Virtudes de los Ansar, Capítulo: La división de la luna, hadiz nº 3869)
El Mesías Prometido, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él), escribe:
“Este es el milagro que se narró en presencia de miles de incrédulos en Arabia. Si esta proclamación fuera contraria a la realidad, habrían estado en su derecho de plantear objeciones, especialmente porque el versículo sobre la división de la luna menciona explícitamente que los incrédulos presenciaron este milagro y lo descartaron como magia.”(Chashma-e-Ma’rifat, Ruhani Jaza’in, Vol. 23, p. 232)
En otro caso, explica
“Del mismo modo, el milagro de la división de la luna, realizado por el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), también se manifestó a través del poder divino sin ninguna súplica que lo acompañara. Ocurrió únicamente a través del gesto de su dedo, que estaba imbuido de autoridad divina. Hay muchos milagros de este tipo demostrados por el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) puramente como una manifestación de su poder espiritual inherente, sin ninguna oración que lo acompañe.”(A’ina-e-Kamalat-e-Islam, Ruhani Jaza’in, Vol. 5, p. 66)
La Realidad del Milagro de la Partición de la Luna
A la luz del Sagrado Corán y de los Hadices, es evidente que este magnífico milagro tuvo lugar. Sin embargo, surge la pregunta: ¿Se dividió físicamente la luna en dos partes, o tiene el suceso una realidad diferente que requiere comprensión? Basándonos en los conocimientos científicos actuales, en general es difícil aceptar la idea de que la Luna se dividiera físicamente en dos partes, ya que tal acontecimiento habría causado una alteración catastrófica del equilibrio del universo. Sabemos que el equilibrio entre el Sol y la Luna es fundamental para el orden del mundo. Además, no parece haber ningún registro en la historia de la astronomía que indique que la Luna se dividiera en dos partes.
A pesar de ello, muchos comentaristas y eruditos musulmanes interpretan este milagro literalmente. Sobre este tema, Hazrat Mirza Bashir-ud-Din Mahmud Ahmad (que Al’lah esté complacido con él) afirma:
“La creencia de que la luna se dividió físicamente en dos es incorrecta. De haber sido así, los astrónomos de la época, que observaban los fenómenos celestes en sus observatorios, lo habrían registrado sin duda. Sin embargo, no lo hicieron”.(Al-Fazl, 17 de julio de 1922, p. 7)
Es importante señalar que los milagros a menudo trascienden el razonamiento humano y son difíciles de comprender para el limitado intelecto humano. Sin embargo, a medida que progresa el conocimiento humano, la comprensión de tales fenómenos se hace más accesible. En cuanto a la división de la luna, se pueden considerar varias posibilidades en el marco de las leyes naturales conocidas.
Hazrat Ibn Abbas (que Al’lah esté complacido con él) ofrece su interpretación, sugiriendo que la división de la luna fue un eclipse. En Tafsir Ibn Kathir, una narración afirma:
“Ibn Abbas dijo: La luna se eclipsó durante la época del Mensajero de Al’lah (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), y los Quraish dijeron: ‘La luna ha sido hechizada.’ Entonces fueron revelados los versos: ‘La Hora se ha acercado, y la luna ha sido dividida'”.(Tafsir Ibn Kathir, Vol. 7, Dar Al-Kutub Al-Ilmiyyah, 1ª Edición, 1419 AH, p. 438)
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él) está de acuerdo con esta interpretación, afirmando:
“La división de la luna fue uno de los mayores milagros del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). En realidad, la división de la luna fue un tipo de eclipse, y ocurrió con el gesto del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él)”.(Al-Hakam, Vol. 7, No. 20, 31 de mayo de 1903, p. 2)
Sabemos que los impactos de meteoritos en la superficie de la Luna son frecuentes. Estos impactos han creado numerosos cráteres en la Luna, algunos de cientos de kilómetros. Las investigaciones indican que estos impactos provocan el levantamiento de enormes columnas de polvo y escombros que envuelven la zona circundante. Es plausible que, hace 1400 años, se produjera un acontecimiento similar, orquestado divinamente como señal de la veracidad del Profeta. El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) podría haber sido informado de este acontecimiento con antelación. Así, cuando señaló hacia la luna y ordenó a la gente que observara, vieron que la luna parecía dividirse en dos partes.
Una experiencia visionaria
Otra posibilidad, mencionada por destacados eruditos como Imam Ghazali y Shah Waliullah Muhaddith Dehlavi, es que la división de la luna fuera una experiencia visionaria concedida a los que estaban presentes en ese momento. Allama Syed Sulaiman Nadvi escribe en su libro Sirat-un-Nabi:
“Algunos teólogos, entre ellos Shah Waliullah, han escrito -y el Imam Ghazali parece inclinarse también por esta opinión- que, en realidad, la luna no se partió físicamente, sino que así se lo pareció a la gente”.(Sirat-un-Nabi, Parte 3, Asad Nair Printers, Lahore, p. 332)
Sobre este tema, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad, el Mesías Prometido (la paz sea con él), afirma:
“También es posible que, a través de la influencia del poder sagrado del Profeta, a la gente se le concediera la vista visionaria, y la forma de la división de la luna, que ha de ocurrir cerca del Día del Juicio, fuera mostrada a sus ojos. Esto se debe a que está establecido que los poderes visionarios de los elegidos pueden, debido a su intensidad, influir también en los demás. Se pueden encontrar ejemplos de esto en los relatos de los místicos, donde algunos grandes santos, con el permiso de Al’lah, han manifestado su presencia en múltiples lugares al mismo tiempo.”(Surma Chashm-e-Arya, Ruhani Jazain, Vol. 2, p. 277)
Además, Hazrat Mirza Bashir-ud-Din Mahmud Ahmad (que Al’lah esté complacido con él) explica:
“La luna no se dividió físicamente en dos, sino que se mostró en una visión. Y las visiones pueden ser tales que otros están incluidos en ellas. Así, los asistentes a la reunión vieron la luna dividida en dos. Además, un rey de la India también presenció este fenómeno, sirviendo de testimonio para las generaciones futuras.”(Al-Fazl, 17 de julio de 1922, p. 7)
¿Qué representa la Luna?
Como ya se ha mencionado, este milagro se mostró en respuesta a múltiples demandas del Quraish, sirviendo como testimonio de la verdad del Mensajero de Al’lah. Más allá de esto, el milagro también conllevaba una profunda profecía que debía cumplirse en el futuro. En la cultura árabe, la luna simbolizaba el liderazgo y la soberanía. En sueños o visiones, ver la luna representaba a menudo el gobierno o la realeza, según consta en las interpretaciones de los sueños (Tabir-ul-Ruya).
Por ejemplo, la hija del jefe de Jaybar, Huyayy bin Akhtab, Hazrat Safiyyah (ra), soñó una vez que la luna caía en su regazo. Cuando ella narró este sueño a su padre, éste se enfureció y exclamó: “¿Deseas casarte con Muhammad, el líder de los musulmanes?”. Finalmente, la interpretación del sueño se hizo realidad, ya que tras la conquista de Khaybar, Hazrat Safiyyah (ra) fue honrada convirtiéndose en la esposa del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él).
A la luz de esto, cuando analizamos el milagro de la división de la luna, se hace evidente que el propósito de Al’lah no era simplemente mostrar un espectáculo fugaz. Por el contrario, encerraba una profunda sabiduría y filosofía: el liderazgo y gobierno actuales de Arabia se acercaban a su fin, y el islam estaba destinado a surgir y dominar. Esta realidad era tan cierta e inevitable como los acontecimientos celestiales que no pueden ser obstaculizados por el esfuerzo humano. Del mismo modo, las decisiones decretadas en los cielos no pueden ser alteradas por los intentos humanos.
La frase “Iqtarabat-is-Sa’ah” (la Hora se ha acercado) significa que el momento no estaba lejos; pronto, un momento de ajuste de cuentas y destrucción descendería sobre los Quraish. Esta interpretación aclara la sabiduría más profunda que se esconde tras el milagro, mientras que el milagro en sí no fue menos que un acontecimiento extraordinario en aquella época. Ocurrió durante un período en el que los musulmanes de La Meca sufrían opresión y penurias graves bajo las leyes tiránicas del Quraish.
La Profunda Sabiduría y Profecía Detrás del Milagro
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él), el Mesías Prometido, explica:
“Incluso durante la época del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él), la división de la luna conllevaba una profunda sabiduría. Aquellos que habían sido bendecidos con la luz de las escrituras anteriores fallaron en mantener esa luz, y su honestidad e integridad se rompieron en fragmentos. En aquella época, la división de la luna en los cielos simbolizaba que quienes habían heredado la luz en la tierra habían abrazado la oscuridad. Es lamentable que, aunque los eclipses lunar y solar de Ramadán, que se produjeron como señales, hayan pasado hace tiempo, los llamados eruditos y santos, que se autodenominan soles y lunas del conocimiento, sigan atrapados en sus propios eclipses espirituales.”(Anyam-e-Atham, Ruhani Jazain, Vol. 11, p. 295)
Hazrat Mirza Bashiruddin Mahmood Ahmad (RA), el Segundo Jalifa, elabora:
“La división de la luna simbolizaba la caída del gobierno árabe. En un momento en que el Santo Profeta (paz y bendiciones de Al’lah sean con él) y sus Compañeros estaban siendo perseguidos implacablemente -cuando el cuello del Profeta fue estrangulado, cuando se ataron cuerdas alrededor de su bendito cuello, cuando ni siquiera se le permitió rezar en la Ka’aba, y cuando toda La Meca resonó con gritos de oposición, en ese mismo momento, el Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah desciendan sobre él) predijo que la caída del dominio árabe había sido decretada por Dios, y que había llegado el momento de la dominación del islam. Poco después, esta profecía se cumplió. La grandeza de Qedar se hizo añicos, se izó la bandera del islam y la luna se partió”.(Prefacio al Comentario del Sagrado Corán, p. 283)
Relevancia de la Profecía Hoy
Incluso hoy en día, como Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él) señaló, muchos de los llamados eruditos musulmanes siguen sumidos en claras divisiones y disputas. Esta es la misma época predicha por el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) hace 1.400 años, a la que se hace referencia en el Sagrado Corán como “la hora que se acerca”. También es la misma época profetizada por profetas anteriores.
En tiempos tan difíciles, la llegada de un verdadero amante del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) estaba destinada según los decretos divinos. Este individuo iba a revivir tanto el cielo como la tierra con una nueva vida espiritual. Como señal de la veracidad de esta profecía, durante la época de Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él), se produjo una especie de división de la luna cuando se produjeron dos eclipses lunares y solares durante su vida. Este acontecimiento simbolizó el declive de otros sistemas religiosos y anunció una época de grandes transformaciones y trastornos que afectarían a muchos.
Sin embargo, Al’lah ha prometido que aquellos que aman al maravilloso Señor serán salvaguardados de la destrucción. Este afortunado grupo, a través de su completa obediencia al Santo Profeta (paz y bendiciones de Al’lah sean con él), encontrará refugio en una fuerte fortaleza de seguridad espiritual. A través de sus esfuerzos, el islam experimentará una vez más el progreso y la prosperidad. El día no está lejos cuando el islam establecerá su dominio espiritual sobre el mundo entero, Insha’Allah.
SubhanAllah wa bihamdihi SubhanAllah al-Azeem.Allahumma salli ‘ala Muhammadin wa ‘ala aali Muhammad.
Gloria a Al’lah, y toda alabanza es debida a Él. Gloria a Al’lah, el Altísimo.Al’lah, bendice a Muhammad (la paz sea con él) y a la familia de Muhammad (la paz sea con él).