Hazrat Maulana Nuruddin
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)
Hazrat Maulana Nuruddin

Hazrat Maulana Nuruddin


Hazrat Maulana Hakim Nuruddin (Jalifatul Masih I) poseyó una personalidad colosal; fue un lúcido autor, un eminente erudito, una persona extraordinariamente virtuosa, y un excelente teólogo. Fue un gran conocedor de la Medicina, y fue médico personal del Real Maharajá de Jammu y Cachemira durante muchos años.

Nació en el pueblo de Bhera, en el Punjab, en el año 1841. Buscando el conocimiento, viajó a lo largo y a lo ancho del mundo, y gozó del privilegio de permanecer cuatro años en las ciudades santas de La Meca y Medina.

Sus servicios a la causa del Islam no tienen parangón en los anales del Ahmadíat. El Mesías Prometido le elogió en un pareado persa, que es un hermoso testimonio de reconocimiento a su dedicación y estatura. “Qué bueno sería si cada uno de mis seguidores fuera Nuruddin. Esto sólo es posible cuando el corazón de uno está iluminado por la luz de la verdad y la creencia firme.”

En Qadian, su único propósito era conseguir la instrucción religiosa y su principal preocupación era mejorar las condiciones de los pobres. A pesar de sus limitados medios de ingresos, la generosidad impregnaba su conducta. Ejercitó la modestia, la amabilidad, la paciencia y la abnegación hasta tal punto, que le valió el cariño de todos los que se hallaban a su alrededor. Nunca se aventuró a salir de Qadian o a escribir algo sin la aprobación del Mesías Prometido.

En virtud del mandamiento divino, el Mesías Prometido inició el juramento del Bai’at el 23 de marzo de 1889, y la primera persona que prestó este juramento de alianza fue Maulana Hakeem Nuruddin. Su devoción y dedicación al Mesías Prometido fue completa y perfecta.

En el año 1893 llegó a Lahore, para realizar algunos recados personales, y decidió efectuar una visita de un día a Qadian, que no está muy lejos de allí. Ese día cambió el curso de toda su vida. A su vuelta a Bhera tenía en mente completar la construcción de una gran clínica, pero por sugerencia del Mesías Prometido, estableció su residencia permanente en Qadian, y nunca pensó en regresar de nuevo a su hogar ancestral; pues sentía una profunda devoción y obediencia a su preceptor.

El siguiente episodio es interesante de reseñar y estimulante para la fe. En 1905, el Mesías Prometido viajó a Delhi, donde su suegro, Hazrat Mir Nawab Sahib Nasir se hallaba enfermo. Desde Nueva Delhi, Hazur envió un telegrama a Hazrat Maulana Hakeem Nuruddin Sahib a Qadian, para que llegara a Delhi con urgencia. Tan grande era la percepción del Maulana de la obediencia y la lealtad, que abandonó en ese mismo instante su clínica para dirigirse a Nueva Delhi, sin dinero para pagar el tren u otros gastos. Le dijo a un amigo: “Considero que es un pecado que me retrase un solo instante. Esta es una llamada de mi Maestro. Pongo mi confianza en Dios para que Él cuide de mis necesidades.”

Sucedió, pues, que en la estación de Batala, donde tenía que embarcar en el tren hacia Delhi, un acomodado paciente suyo se le acercó. No sólo pagó su billete de tren a Delhi, sino que también le hizo un regalo de dinero en cuantía considerable.

Hazrat Maulana Hakeem Nuruddin (Jalifatul Masih I) fue un hombre puro y simple, tolerante, franco, directo y veraz. Tenía excelentes cualidades para la administración y como dirigente. Poseía una fe singular en Dios. Su confianza en Él era inmensa y digna de ser mencionada. Los dos ejemplos siguientes dan una idea de este aspecto.

En una ocasión, durante su estancia en Medina, no tenía nada para comer al anochecer. Mientras se dirigía a la mezquita Masjid Nabwi para hacer sus oraciones, un policía le llamó y lo llevó ante su oficial que quería reunirse con él. El oficial tenía a su lado un plato de dulces. Estaban deliciosos pues se trataban de dulces indios típicos preparados con la ayuda de un conocido; el oficial dijo, “pensé que merecía la pena compartirlos con alguien de la India”. Y de esta manera milagrosa, Hazrat Maulana sació su hambre con un relleno nutritivo.

Quraishi Amir Muhammad Sahib de Bhera relata: “Yo estaba en la presencia de Hazrat Jalifatul Masih cuando el cartero trajo un paquete contrarembolso por un importe de 16 Rs. que contenía algunos libros. Dijo que se trataba de sus libros favoritos, que había ordenado tiempo atrás, pero no tenía dinero para pagarlos en ese momento. ” Dios tiene tanta compasión por mí que estoy seguro de que hará descender Su beneficencia en este momento” comentó. En ese instante, un hindú trajo a su hijo enfermo; el Maulana lo examinó y escribió una receta. El hombre colocó ante él una guinea (que equivalía a 15 Rs. de entonces), y añadiendo una rupia más como agradecimiento se marchó.

Hazrat Maulana se postró de inmediato en acción de gracias. “Yo estaba seguro de que mi Señor, mi Amigo, nunca me abandonaría. Podía haber ocurrido que el hombre no me hubiera dado nada, ya que, como norma, no suelo pedir nada, o, en ocasiones, algunos me dan una guinea. Pero mi Dios hace que las necesidades de su humilde siervo se cumplan en su totalidad. ”

Después del fallecimiento del Mesías Prometido, Hazrat Maulana Hakeem Nuruddin (ra) fue unánimemente aclamado como su sucesor el día 27 de mayo de 1908. Guió a la comunidad en esta capacidad hasta su muerte el viernes 13 de marzo de 1914.

Algunos de sus logros más destacados de su Jalifato se describen a continuación:

1. Asentó las bases para la institución del Califato. Frustró, con éxito, los designios intrigantes de un grupo de personas recelosas y con hambre de poder, si bien es cierto que constituían una pequeña minoría.

2. Se tradujo al inglés el Sagrado Corán.

3. Se estableció en Londres la primera misión extranjera.

4. Se llevaron a cabo ampliaciones en la mezquita Al Aqsa, y en los edificios de Talimul Islam High School, así como la residencia de estudiantes.

5. Se inauguraron el Noor Hospital y la mezquita Noor Masjid.

6. Se iniciaron una serie de publicaciones con las que se ampliaban las actividades de propagación de la Yamaat. Entre ellas, el “Al Fazal” y “Noor” de Qadian, “Al Haque” de Delhi, y “Paigham-e-sulha” de Lahore.

La noticia de su muerte fue recogida por toda la prensa de la India, y se escribieron múltiples comentarios alabando a este ilustre dignatario. Entre ellas cabe destacar: “El Zamindar” y “Paisa” de Lahore, “Tabeeb” y “Hamdard” Delhi “, Al Hilal” de Calcuta, “Medina”de Bijnour, “Wakeel”, “Wattan” Amritsar y “Institute Gazette” de Aligarh.

Maulana Zafar Ali, editor del diario Zamindar escribió: “Maulana Hakeem Nuruddin Sahib que era un gran erudito, falleció el 13 de marzo tras una larga enfermedad. Su fallecimiento ha supuesto una gran pérdida, y ha creado un vacío en la comunidad musulmana. Se dice que un genio nace cada cien años. El alma que ha partido, sin duda, pertenecía a este gran cuadro de honor. ”

S.E. Sir Muhammad Iqbal se sentía muy impresionado por su erudición y competencia religiosa. En 1909 le envió una lista de preguntas de índole teológica para obtener su correcta interpretación. También le pidió emitir un edicto (fatwa) en relación con el divorcio de su esposa. El edicto fue debidamente seguido por el Dr. Iqbal.

Como epílogo adecuado, cito un extracto del libro el Mesías Prometido “Fatah-i-Islam”. No cabe cumplido más glorioso, ya que procede del vicario del Santo Profeta.

“Debo de hacer ferviente mención de un hermano en la fe, cuyo nombre, tan pertinente por sus cualidades excelentes, es Nuruddin: la luz de la religión. Envidio su celo y sus sacrificios por la causa del Islam. Viendo ese entusiasmo, me siento intimidado por la gloria del Señor, y la forma en que exalta a los seres humildes que Él elije. ”

Cada aspecto de su vida parece haber sido gobernado y coloreado por su amor y devoción a Dios. Ojalá que cada uno de los miembros de la comunidad siga el camino mostrado por él. Era un ejemplo perfecto de un verdadero áhmadi.

Que Al lah derrame sus bendiciones más selectas sobre él.

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