Concluye la 122ª Convención Anual de Qadian con un discurso pronunciado por el Jalifa del Islam
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
No hay digno de ser adorado excepto Al'lah, Muhammad es el Mensajero de Al'lah
Musulmanes que creen en el Mesías,
Hazrat Mirza Ghulam Ahmad Qadiani (as)

Concluye la 122ª Convención Anual de Qadian con un discurso pronunciado por el Jalifa del Islam

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dice que todos los musulmanes deben seguir el ejemplo perfecto del Santo Profeta del islam (la paz sea con él)

La 122ª Convención Anual (Yalsa Salana) de la Comunidad Musulmana Ahmadía de Qadián, India, concluyó con un discurso emotivo dirigido por el Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad, el 28 de diciembre de 2016.

El discurso tuvo lugar exactamente 125 años después del primer Yalsa Salana que fue establecido por el Fundador de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el Mesías Prometido, Su Santidad, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él).

Su Santidad dirigió a la sesión final vía satélite desde la mezquita Baitul Futuh de Londres. Más de 14.200 personas asistieron a la Convención en Qadián, mientras que más de 5.200 se reunieron en Londres para la sesión de clausula.

Durante su discurso, Su Santidad habló del elevado ejemplo moral y espiritual del fundador del islam, del Profeta Muhammad (la paz sea con él) y del impacto sin precedentes que tuvo sobre sus seguidores.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) estableció una comunidad de seguidores sinceros que eran únicos en su adoración a Dios el Todopoderoso”.

Su Santidad continuó:

“El Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo una vez: “Cada profeta de Dios tiene un deseo, y mi deseo ardiente es adorar a Dios el Todopoderoso durante la noche.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad explicó el impacto que produce el ejemplo establecido por el Santo Profeta (la paz sea con él) sobre los que le rodean.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El Santo Profeta (la paz sea con él) ofreció oraciones y plegarias con intensos deseos de que sus seguidores se convirtieran en verdaderos adoradores de Dios el Todopoderoso y postrándose únicamente a Él. Cuando adoptaron su ejemplo, las mismas personas que antes eran idólatras, se convirtieron en los mejores ejemplos de adoración sincera para todas las personas y para todos los tiempos venideros. Ciertamente, tuvo lugar una verdadera revolución espiritual entre esas personas.”

Su Santidad citó de los escritos del Mesías Prometido (la paz sea con él) que escribió:

“Cuando uno mira la transformación que produjo el Santo Profeta (la paz sea con él) en el pueblo árabe de aquellos tiempos y analiza cómo fueron elevados desde un estado de desesperación, una persona es incapaz de controlar sus lágrimas. Fue una reforma espiritual realmente extraordinaria, un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad.”

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo que a pesar de ser el más amado por Dios el Todopoderoso, el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) manifestó los más altos criterios de humildad en todo momento.

Su Santidad citó el ejemplo de la victoria de La Meca, la ciudad de donde el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) y sus seguidores habían sido expulsados y donde sufrieron una persecución atroz durante muchos años.

Cuando finalmente el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) volvió victorioso, entró pacíficamente en la ciudad sin ningún deseo de venganza y mostró un ejemplo sin precedentes de perdón y compasión.

Contrastando el ejemplo del Santo Profeta (la paz sea con él) con los líderes mundanos de hoy y del pasado, Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“A través de la historia hemos visto que cuando muchos líderes mundanos alcanzaron el poder se convirtieron en dictadores o tiranos. De hecho, incluso cuando una persona normal logra el éxito o la victoria, a menudo eleva su cuello con arrogancia y orgullo. Sin embargo, el ejemplo que dio el ser humano perfecto, el Santo Profeta del islam (la paz sea con él) era profesar sólo la humildad y el perdón en el momento del triunfo.”

En relación al atributo de gratitud del Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él), Su Santidad dijo que el fundador del islam (la paz sea con él) siempre se dirigiría a Al-lah el Todopoderoso, con gratitud. Además, el Santo Profeta (la paz sea con él) también expresaba gratitud a la gente.

Por ejemplo, siempre mostró gratitud a su estimada primera esposa Hazrat Jadiya (que Al-lah esté complacido con ella) por su apoyo, amor y devoción durante su bendito matrimonio.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El Santo Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) nunca olvidó la devoción de su esposa que siempre consideró como un favor para él y siempre le mostró su agradecimiento.”

Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo que los musulmanes estaban obligados a seguir el ejemplo del Santo Profeta (la paz sea con él) y por tanto era la obligación de los hombres musulmanes tratar a sus esposas con amor, amabilidad y ser agradecido con ellas.

Su Santidad también citó el ejemplo de cómo el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) expresó su gratitud al monarca cristiano de Abisinia, el rey Negus (Najashi), que dio protección a algunos musulmanes cuando escaparon de la persecución de los árabes de Meca.

El Santo Profeta (la paz sea con él) se mostró siempre agradecido con el Rey Cristiano y personalmente recibió una delegación enviada por el rey Negus como señal de agradecimiento.

Su Santidad concluyó su discurso orando para que los musulmanes de todo el mundo reflexionen y honren los valores que el Santo Profeta del islam (la paz sea con él) nos enseñó.

Su Santidad, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:

“El Santo Profeta del islam (la paz sea con él) estableció los criterios de moralidad y piedad más elevados posibles en todos los aspectos. Por lo tanto, que Al-lah nos permita a todos no sólo declarar que le seguimos, sino seguir verdaderamente su ejemplo bendito.”

La sesión concluyó con una oración silenciosa seguida por varios poemas recitados por los asistentes en Qadián vía satélite.

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