La 40ª Convención Anual de Canadá concluye en Mississauga
El Jefe Supremo de la Comunidad Musulmana Ahmadía, pronuncia un discurso inspirador, con un llamamiento hacia la justicia en todos los países.
El 40o Yalsa Salana (Convención Anual) de la Comunidad Musulmana Ahmadía de Canadá, concluyó el domingo 9 de octubre de 2016 con un poderoso e inspirador discurso del Líder mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadía, el quinto Jalifa, Su Santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad.
Más de 25.000 personas de 32 países atendieron el Yalsa Salana, el cual tuvo lugar en el Centro Internacional de Mississauga.
Aparte de los miles de musulmanes ahmadis que participaron en la Convención, también acudieron como invitados muchos no ahmadis y no musulmanes. La Convención también fue transmitida en directo en MTA Internacional y mediante transmisión ininterrumpida.
En su discurso final, Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo que el Islam proporcionaba la base para la paz, promoviendo igualdad verdadera entre personas y naciones.
Su Santidad dijo que mientras los oponentes decían que el Islam era una religión extremista, la realidad era que las enseñanzas islámicas eran una fuente de paz universal y tolerancia, que garantizaba libertad de creencia y conciencia para todas las personas.
Hablando sobre cómo la religión era vista en el mundo moderno, Hazrat Mirza Masrur dijo:
“En la actualidad, en el mundo se considera a la religión como algo de segunda importancia y se mantiene la creencia de que para progresar hay que alejarse de las creencias y prácticas religiosas. De hecho, de forma creciente, la gente que vive en países desarrollados ven a la religión como la causa principal del conflicto y desorden que vemos en el mundo. Pero al mismo tiempo admiten que los humanos aprendieron los valores básicos mediante la religión”.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“La declinación moral y el aumento de la falta de interés por la religión en el mundo, ha sido causada por el hecho de que los líderes de países y sus clérigos religiosos han dado preferencia a sus propios intereses por encima de la enseñanza de la religión. Las verdaderas enseñanzas religiosas y los verdaderos valores han sido corrompidos, lo que ha alejado a la gente de la religión”.
Su Santidad dijo que lo fundamental de la enseñanza islámica era la necesidad de reconocer a Dios Todopoderoso y el servir a Su Creación.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“El Mesías Prometido (la paz sea con él) resumió las enseñanzas del Islam simplemente en dos líneas, diciendo que el Islam necesita a musulmanes que cumplan los derechos de Dios Todopoderoso y que sean devotos a Él; que cumplan en segundo lugar con los derechos de la Creación de Dios y el tratar al resto con amor y compasión. De hecho, toda religión en su forma original ha enseñado esto; por lo que hay que preguntarse que cómo puede ser posible que la religión sea la causa del desorden presente en el mundo”.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“¿Fue acaso la religión la causa de las dos guerras mundiales que ocurrieron en el siglo XX? ¿O por lo contrario estuvieron basadas por un deseo de adquirir poder, conquistar islas, obtener ganancias geo-políticas y la avaricia?”
Su Santidad dijo que tanto como los países musulmanes como las mayores potencias habían jugado un papel en debilitar la paz mundial. Su Santidad dijo que un ejemplo claro de esto era el tráfico de armas.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad dijo:
“Ningún país musulmán tiene la capacidad de producir la cantidad de armamento que poseen. De hecho, son los países desarrollados y las potencias económicas los que están produciendo tales armas destructivas y las están vendiendo a los países musulmanes. Algunos países las venden a los gobiernos, y algunos países las envían a los rebeldes de esos mismos países. Por ejemplo, Arabia Saudí está utilizando armamento comprado de Occidente para destruir Yemen, que es un país pequeño y débil”.
Hazrat Mirza Masrur Ahmad continuó diciendo:
“Ciertamente las potencias no musulmanas también están actuando de manera injusta para conseguir sus propios intereses egoístas, lo que está causando un aumento de frustración y nerviosismo en diferentes países. Por tanto, la verdadera causa de los conflictos y guerras actuales, es la injusticia”.
El Yalsa Salana finalizó con una oración silenciosa llevada a cabo por su Santidad.
Más tarde, Su Santidad se reunió con varios dignatarios e invitados del Yalsa Salana en una comida organizada por la Comunidad Musulmana Ahmadía de Canadá.
El sábado, Su Santidad se dirigió a las miembros de Layna Imailah (la organización asistente delas mujeres) sobre el papel de la mujer en el Islam. Dijo que ninguna mujer musulmana ahmadi debía sentir ningún tipo de complejo o sensación de inferioridad a la hora de ponerse el Hiyab. Su Santidad dijo que el Hiyab era la manifestación de la dignidad y el honor de una mujer musulmana.
Numerosos discursos se llevaron a cabo durante el Yalsa Salana por varios miembros de la Comunidad Musulmana Ahmadía.
Varios invitados, incluido el alcalde de Toronto, John Tory, también se pronunciaron durante el acto.
